El intrincado mundo de la sumisión
Fecha: 27/12/2018,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: OscarVilla, Fuente: CuentoRelatos
... asistir con regularidad al gimnasio.
Una tarde de domingo después de comer, mientras sus hijos iban al fútbol, se sentaron a ver un programa de televisión. Aquel silencio cortaba el aire, congelando todo a su paso.
- Quiero hablar contigo – dijo ella.
El la miró con una sonrisa cuyo contenido no supo o no quiso interpretar.
- Muy bien, di lo que desees.
Ella, entonces, comenzó a relatarle de forma muy pormenorizada desde cuando había adoptado aquel rol, como había llegado a ello y las experiencias que había tenido sin obviar detalle alguno. Al final, concluyó.
- Esa es mi historia. Si nada de esto te he contado antes fue por el temor a tu reacción, se lo estricto que eres y sabía que iba a darte un disgusto. De todas formas te diré algo. Si quieres que deje este mundo, lo haré desde ahora mismo pero también deseo que sepas que es el único que me hace realmente feliz, al menos en el terreno sexual.
La miró fijamente a los ojos y guiado por un auténtico sentimiento de amor la besó de forma apasionada. Aquella noche hicieron el amor como jamás lo habían hecho en tantos años de casados.
Desde aquel instante, él supo aceptarla como era convirtiéndose en su compañero de juegos e incluso siendo él quien asumió la siempre difícil tarea de buscar nuevas experiencias, nuevos compañeros de juego, nuevas emociones, algunas incluso tan increíbles que ella no podía da crédito a lo que estaba viviendo junto a su marido.
Recogieron el coche del garaje y se ...
... pusieron en marcha. Un lejano carillón desgranó tres campanadas.
La noche los acogió benigna y amiga circulando por aquella carretera secundaria que les condujo hasta una vieja discoteca de carretera hoy cerrada para su uso público.
Fuera, en la explanada, varios coches de marcas destacadas se alineaban como dispuestos a iniciar una carrera a ninguna parte desde una imaginaria parrilla de salida.
Se apearon del coche y llamaron a la puerta de la discoteca utilizando una contraseña pre acordada. Un hombre de aspecto avieso franqueó el portalón y tras interrogarles sobre el motivo de la visita, él hizo uso de las palabras que previamente le transmitiera la persona que le había llamado por teléfono una hora antes. El tipo de aspecto siniestro los dejó entrar.
Nada más cruzar el umbral de la puerta fueron recibidos por un individuo de aspecto distinguido quien los saludó con una sonrisa.
- ¿Ella viene a participar? – preguntó.
El respondió afirmativamente con un movimiento de cabeza. Luego, aquel individuo hizo un gesto a otro que se encontraba a pocos metros de él y este procedió a coger del brazo a su mujer y llevársela de su lado. Luego, con voz pausada, repuso.
- No se preocupe. El juego va iniciarse enseguida. Le ruego que se acomode en la sala y pida usted lo que desee.
Sin siquiera despedirse se introdujo en aquella gran sala que se encontraba muy concurrida de público, la mayoría del sexo masculino. Unos disfrutaban de una elegante compañía femenina ...