La propuesta de andres
Fecha: 28/12/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
El destino se cernía sobre mí como se ciernen las nubes de tormenta, oscureciendo el cielo y la tierra, atenazando y zarandeando con sus dedos de viento los árboles, y revoloteando las hojas secas y las bolsas vacías de patatas fritas.
A la tristísima muerte de mi padre, en la que no pude pensar durante meses sin inundar mis ojos de llanto y mi alma de honda desesperación, se unía la sobrevenida penuria económica, una escasez de lo más inmisericorde.
Apenas tenía fondos para comprar comida algunos días más, debía dos meses de alquiler y los vecinos me miraban con cara de desdén, debido a los recibos atrasados de la comunidad. Tan sólo la dulce Kati, una viuda amable del bajo B, con siete perros a los que sacaba continuamente a pasear, me trataba con cierto cariño.
-Pobre niña- me había dicho más de una vez – tú no les hagas caso. Mucha envida es lo que te tienen. Eres la mujer más hermosa que han visto esas brujas.
-No digas tonterías Kati. Cualquiera podría oírte-
Salí de casa, me ahogaba el ambiente cerrado y la televisión, plagada de programas superficiales y absurdos. Caminé por las aceras del barrio, sin rumbo, intentando que el aire fresco del atardecer primaveral aclarase mis ideas y me ayudase a encontrar la salida al atasco en el que se encontraba mi vida.
Las personas iban y venían, la mayoría ya sin prisas, tras salir de sus trabajos. Pensé en que todos y cada uno de ellos tenía su rosario de alegrías y tristezas desgranadas en la vigilia de sus ...
... vidas.
¿Quién era yo para sentirme más desgraciada que ninguno de ellos? ¿Acaso conocía sus problemas o sus angustias?
Llamé a Andrés: -Cariño, necesito verte-
Siempre encontraba dispuesto a aquel amigo, algo mayor y redicho.
-Dime cuando y donde- respondió.
Realmente, y no sólo por los comentarios de otras personas, me reconozco a mí misma en el espejo como una hembra hermosa y bella. No soy demasiado agraciada de cara, aunque no soy fea tampoco. Tengo bonitos los ojos, del color de la coca-cola (como dice la canción) y mi cabello negro, que brilla sedoso y algo rizado. Mi cara estrecha, de pómulos marcados con la nariz pequeña y la boca algo grande, como los dientes, pero mi cuello es estilizado y sobre todo mi cuerpo es una escultura griega. Cintura estrechísima, pecho y culo duros y contundentes, piernas larga, piel blanca, y un moverme y un mirar que turban a los hombres hasta el punto de anular sus voluntades.
Noto mi poder sobre los el sexo contrario. Aunque sé que no será eterno, que el paso de los años provocará la huida de mi actual atractivo.
Medité sobre las palabras de Kati. Tal vez estuviese en mi físico la respuesta a mis preguntas. ¿Por qué, sino, estaba dotada de esa calentura permanente, de esa predisposición al sexo, casi con cualquiera, en cualquier lugar y momento?
Andrés era un buen amigo. Le conocí gracias a su esposa Zoila. Tras su divorcio mi amiga se fue a vivir a Cádiz, pero mi amistad con Andrés había continuado.
Mi amigo ...