Convirtiéndome en una trans puta - Relatos Eróticos

Convirtiéndome en una trans puta

En mis anteriores relatos les narré los hechos que viví desde la primera vez que me cogieron, pasando por mi transformación física a mujer trans y hasta que me volví amante de Jorge. Aquí, dando continuidad les contaré como es que por necesidad terminé convirtiéndome en una mujer trans puta.

          Después que Jorge me cogio por primera vez, cada vez que me invitaba a salir siempre terminábamos en el hotel y eso generó que las invitaciones cada vez fueran más frecuentes. Y cuando ya teníamos como 2 meses de tener sexo 2 o 3 días por semana, un día estando acostados me dijo “me gusta mucho estar contigo y quiero cogerte más seguido, rentemos un cuarto entre los 2 para que nuestros encuentros sean allí y podamos quedarnos varios días juntos en un ambiente más íntimo y que quede solo entre nosotros y si gustas puedes vivir allí. Yo me quedaría contigo de domingo a jueves y claro esos días disfrutaría de tu cuerpo que ya necesito, que dices”. Sin embargo, antes de darme tiempo de pensar, menos de responder, se puso frente a mi y me empezó a besar los labios, al tiempo que me agarraba los senos, luego me lamió y mordió los pezones y me los chupo como si fueran su biberón, para luego bajarse y poner su cabeza en medio de mis muslos, para lamer y morder mis nalgas, mi ano, mi vagina y en sí, todas mis partes íntimas. Mientras yo que ya estaba que me quemaba empecé a aullar como su perra que era, así: “aaaauuuu aaaauuu aaauuu...”, y empecé a perder mi sentido, ya luego me ...

... agarró por las caderas y puso su verga dentro de mi y empezó a empujarmela para adentro una y otra y otra vez. Para entonces ya solo se oía nuestra respiración y mis gritos y gemidos así “aaaahhh aaaaiiii aaaahhhh ...”, ya solo cuando se vino dentro de mi, regándome con sus líquidos (lechita y lluvia dorada), escuche su grito de satisfacción. Los 2 estábamos bañados en sudor. Luego me dio un beso en los labios y me pregunto “que me respondes, solo piensa que necesito tus nalgas y tus chichis”. Y yo que ya me había acostumbrado a que me cogiera seguido y que la verdad ya necesitaba su verga, (aunque pensé en mi novio y en lo mucho que lo amaba, pero también que ya casi no me buscaba) le dije que si porque lo necesitaba como hombre. Y él añadió “debemos ser discretos para que no se enteren en el trabajo, ni mi mujer ni mis hijos ni tu novio”

          Encontramos un cuartito barato, estaba algo grande, tenia una cama matrimonial, una mesita, 2 sillas y una parrilla eléctrica, además tenía su baño integrado y un closet donde yo pondría mi ropa solamente, porque él seguiría en su depa., por las veces que su esposa o sus hijos lo visitaban. Y desde ese día empezamos a vivir juntos unos días, por eso me obsequió un camisón para dormir, que me quedaba a media nalga y enseñaba gran parte de mis pechos, pues a él le gustaba mucho tenerme con un vestuario que me permitiera mostrar gran parte de mi cuerpo. 

          Desde un principio Jorge y yo empezamos a conocernos mejor, vivíamos ...