HERMOSAS PAREJAS - Relatos Eróticos

HERMOSAS PAREJAS

... montón!
-¡Pero sólo valen por una! ¡Jajaja! ¡Querría todos los días por siempre! ¡Dani coge tan rico!
Yo miraba encantado, masturbándome suavemente. Amanda, que está abajo, me mira y me guiña el ojo. Me paro y voy hacia el culo de Laurita. La nena lo tiene genialmente expuesto a mi placer. Lo beso, lo lamo y lo chupo. Lo escupo un par de oportunidades y le meto un dedo. Penetra sin problemas. Me paro a su lado y acomodo el glande en el asterisco. Empujo y el esfínter lo recibe sin problema, dilatándose complacido. Se nota que es un culo con experiencia. En dos segundos el glande está adentro. 
Empujo despacio y voy penetrando ese maravilloso ojete, ofrenda de diosa. Sigo empujando hasta que los huevos llegan a la pelvis. Laurita se acomoda para sentirme mejor y chupar la concha de la madre adecuadamente. El bombeo es rítmico. Complementa el movimiento de su culo y los lametones de su lengua.
La meada que descargó Amanda en la boca de su hija me tiene inspirado. Estoy esperando la oportunidad. 
¡Está llegando! Le lleno el culo a Laurita y las hago levantar. Rápidamente Amanda chupa el culo de la hija a fin de no desperdiciar nada de semen.
-¡Pongan las almohadas y arrodíllense! ¡Quiero mearlas! - Fui directo, para evitar dudas…
Eso hacen y abren la boca, con la lengua afuera. Parado frente a ellas sostengo la pija cerquita a las bocas, evitando el chorro aleatorio… Cuando sale, muy pocas gotas se desperdician. Las hermosas boquitas, junto a complacientes lengüitas, ...

... están prestas a recibir el tibio caldito que sale de mi uretra. Cuando cambio el chorro de boca, me apretó el tronco a fin de evitar gotas caídas. Al fin, luego de un minuto, más o menos, concluye la cálida descarga. Ambas hembras sonríen complacidas…
Media tarde con Amanda y su hija. ¡La belleza del placer sexual brindado por dos hembras espectaculares!
-¡Chicas…, perdónenme…, pero tengo un compromiso…
-¿Te vas a coger con otras? ¡Jajaja!
-No hermosas…, tengo que aparentar que hago mi trabajo…, luego talvez nos veamos nuevamente. 
En realidad, Amanda no está tan equivocada. Voy a ver al juez de paz que vive en este pueblito, para que me facilite la llegada al acopiador de granos, para que me “preste” algún personal para limpiar destrozos en la estructura que estoy inspeccionando, pues hay lugares donde no puedo llegar y… en el ínterin… bueeee…, sucede que el juez no se luce en el pueblo demasiado frecuentemente, dejando a sus hijas… - preciosas… según informantes… -, muy solitarias y aburridas…, pues no las quiere llevar a la capital por temor a que… se envicien…
Así que…, haremos un poco de teatro…
Me había dicho el comisario que el juez, muy probablemente, no vendría en un par de días. De todas maneras, fui a su casa como si ignorara esa circunstancia. En el par de días largos que hacía que estaba en la población, supongo que ya debo de tener mi nombre en boca de muchas…, espero…, así que es probable que sus hijas también habrán oído de mí. Así que allí estuve… 
Me ...