Relatos eróticos esposos cómplices cap 193 - Relatos Eróticos

Relatos eróticos esposos cómplices cap 193

... noches.

Yo : Creo que éso si puedo hacer.

Caro : Ése sería nuestro comienzo y yo vería que no sigas cachando a una muerta.

Eso me gustó mucho más, por qué recordé mis noches calentonas de sexo que tuve con ella.

Nos fuimos a la cama y por más esfuerzo que ella hacía no podía contener el sueño. Comprendiendo su estado la caché sin respuesta de ella.

Por la mañana me despidió con un beso y un guiño de ojo.

Regresando por la noche me volvió a dar mi beso y la escoba sonriendo.

Cenamos todos juntos y para no demorar la ayudé a lavar la vajilla.

Nos bañamos y calatos en la cama me chupó la verga como antes y yo le metí lengua por todos sus huecos y en misionero pude ver su linda cara frente a la mía y por el espejo ví sus lindas piernas abrazar mi espalda.

Estaba tan arrecho que se lo zampe de un sólo empujón, dando ella un pequeño grito. La volví a mirar empezando a movernos como locos y al sentirla gemir en su cuarto orgasmo solté toda mi leche llenando su concha

Poniéndo mi boca en su oído le recordaba nuestros años anteriores y al ver que no me respondía comprobé que se había dormido.

Me molesté, pero después recapacité del gran esfuerzo de ella por darme gusto, pero yá no pudo más.

Así estuvimos por dos años, pero cuando quise amanecer con ella cachando, no me respondia quedándose dormida. Tuve que buscar otro ingreso y así los dos cansados nos dormíamos sin reclamar nada a nadie.

Así estuvimos 3 años hasta que descubrimos la página ...

... de Relatos Eróticos y éso, aunque parezca mentira  nos permitía mantenernos despiertos esperando saber cómo terminaba la trama.

Pero a la vez atrae la curiosidad  aumentando el morbo y el deseo de emular algunas escenas.

En un relato hablaron de meterse zanahorias y pepinos y arrechos como estábamos los trajimos de la cocina, logrando que camine con ésas verduras por la habitación, hasta que después de 6 meses se le fué quitando los dolores.

En otro relato hablaban que desde la ventana miraban orinar a borrachitos. Justo al frente de nosotros había una cantina y nos pasábamos horas esperando, pero siempre había uno que otro que orinaba en la calle y mientras ella miraba con la luz apagada, yo la cachaba en 90 grados.

Con éstos relatos pasamos cinco años viéndo las braguetas abultadas llegando hasta las fantasías, bautizando al carpintero, gasfitero, al albañil, verdulero y basurero con un nombre y una manera diferente de cacharla.

Habiendo crecido nuestros hijos se encargaban de algunas obligaciones dándonos un poco más de tiempo para nosotros.

Un día que veníamos caminando algo mareados vimos a un borracho agarrado del poste con la verga parada orinando y se podía ver por completo al tener el pantalón casi caído.

Caro : Ohhhh amor mira.

Yo : Puta, parece burro.

Yo me arreche al toque.

Yo : Amor, te animarías ?

Caro : Queeee estás loco.

Yo : Sólo para que lo agarres.

Al quedarse callada miré y no habíendo nadie alrededor la llevé y al ...