Mí primer mamada - Relatos Eróticos

Mí primer mamada

Primero me voy a presentar, me llamo Valentín mí cuerpo es de contextura más bien chica sin nada de panza con una cintura muy pronunciada, de reloj de arena casi, y con una cola redonda alta como un durazno literalmente.
Siempre fui diferente muy muy sexual desde que recuerdo desde pequeño me sentía excitado al ver a una mujer de grandes senos o el cuerpo de un hombre grande con buenos brazos, no hacía diferencia me atraían por igual. También me sorprendía mirando fijo y con detalle si un perro se montaba a una perra y la arrastraba como si fuese suya, eso me ponía a mil la sumisión de esa hembra la rudeza del macho no sé por qué, pero me excitaba en demasía.
Lo que voy a contar ocurrió hace muchos años estaba jugando al fútbol en la calle con los vecinos del barrio entre los cuales había de distintas edades los más grandes andarían cerca de los 18 años y entre ellos estaba Carlitos, hijo de un mecánico de la cuadra. Carlitos era alto grandote para su edad y siempre con una sonrisa en su rostro que lo hacía ver muy simpático y bonito. Cuando caía la tarde nos fuimos yendo de a poco cada uno para su casa y la mía quedaba de camino con el taller del padre de Carlitos así que caminábamos juntos hasta el galpón. Era la época que jugábamos con los Karting a rulemanes Con la excusa de darme unos rodamientos me invitó al taller. En las paredes podían verse unos pósteres con unas mujeres en tangas con los pechos al aire posando sugerentemente. Su padre cuando nos vio le dice a ...

... Carlitos que iba a buscar unos repuestos que se iba a demorar y lo dejo a cargo de cuidar el taller. Carlos me convido con una gaseosa y empezó a dar charla y se sacó la remera para no ensuciarse y ponerse una ya vieja de trabajo. Cuando levanto los brazos y desnudo su pecho no pude dejar de mirarlo unos pectorales grandes marcados por el trabajo rudo del mecánico, se me hizo agua la boca era un sueño verlo así. Cómo era de esperarse Carlitos vio como lo devoraba con la mirada y se sonrió, se sentó en una especie de sillón improvisado que tenían para descansar y me llamo que lo acompañé, no cabíamos los dos pensé, y cuando estaba a tiro me agarró de la mano y me sentó sobre sus piernas mientras revisaba unas boletas de trabajo, él tenía una de sus manos sobre mí pierna y la movía como acariciándome, muy sutilmente, me gustó y a él también por qué empecé a sentir algo duro en mis nalgas. Cada vez me acariciaba más mientras me contaba para que servía cada herramienta fue bajando hacia mí cola y eso me gustaba más aún. Me empezó a mostrar una revista donde una hermosa rubia se metía una pija en la boca y en otra hoja se la metían en la vagina, me quedé asombrado embobado viendo por primera vez una verga y una vagina. No entendía la pija en la boca a mí edad no lo podía imaginar y cuando le pregunto a Carlitos para que se metía la chica la verga en la boca me dice que la llena de placer a ella y al hombre. Carlos ya estaba manoseando mí cola con ganas sus fuertes dedos recorrían toda ...