Tío Enrique - Relatos Eróticos

Tío Enrique

... 22 centímetros de carne todos para mí. Cuando mí boca llegó a la altura de su pelvis reconocí un olor a hembra caliente, olor que me resultó familiar, Mimi okis igual a las bragas de mamá. Venía de cojer  a mí tía Mimi. Sin perder tiempo empecé a lamer ese tronco sin flácido desde la punta hasta la base pasando la lengua por los huevos y de nuevo a la punta de sentía rica el olor a mí tía me ponía a mil y me la metí en la boca para que se vaya poniendo dura dentro de mí boca. Empecé a chupar lento apretando los labios saboreando flujos de hembra mezclados con restos de semen de mí tío mientras escuchaba gemir bajito al orgulloso poseedor de semejante pija. Se la estuve mamando por unos 10 minutos y en ese momento el tío me hizo dar vuelta apoyar mis manitos sobre la lavadora y me empezó a frotar con su verga entre mis nalgas presionando mí agujerito. Me dolió mucho cuando intento que entre su cabeza así que empezó a pasar bien la pija por toda la zanja de mí colita hasta que eyaculo en mí raja y la esparció por toda mí cola. Luego de unos segundos por fin mí tío hablo, me dijo que mañana cuando todos bajen a la playa buscaría una excusa para quedarnos solos y poder desvirgar mí cola y hacerme su putita. Don las 9 de la mañana y no veo la hora de que mis padres se vayan a disfrutar de la playa...