La reeducación de Areana (15)
Fecha: 30/12/2018,
Categorías:
Grandes Relatos,
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... damas y damitas que vengan y más vale que ustedes se comporten como corresponde, putas, porque de lo contrario Milena se ocupará de corregirlas. Ustedes duermen juntas y vos, Eva, le dejás tu cuarto a Milena. ¿Está claro?
Ambas asintieron y fue Eva quien se atrevió a preguntar:
-¿Puedo… puedo hablar, señora?...
-Sí. Ladrá nomás… -la humilló Amalia.
-Estamos… estamos muy excitadas… ¿Podremos… cogernos, señora?...
Amalia lanzó una carcajada y dijo:
-¡Qué putas que son! ¡Qué putas! –y volvió a reír, esta vez acompañada por Elena, que inclinándose hacia Eva le dijo con tono burlón:
-Ay, qué amiga más puta tengo…
Entonces intervino Amalia:
-Díganlo, quiero escucharlas a las dos diciendo lo putas que son.
Ambas sumisas tragaron saliva, dispuestas a soportar cualquier humillación con tal de conseguir el permiso para cogerse, y Eva dijo:
-Somos… somos muy… muy putas…
-Sí… -murmuró Areana. –Somos muy putas…
-¿Las más putas de todas las putas? –preguntó Elena.
-Sí, señora Elena… -aceptó Eva. –Las más putas… de… de todas las putas…
-¿Quiénes son las más putas de todas las putas? A vos te lo pregunto, pendeja…
-Mi… mi mamá y yo… -aceptó Areana sintiendo que sus mejillas ardían de vergüenza y su concha era ya un torrente de flujo.
Amas dóminas se miraron sonrientes y complacidas y Amalia dijo:
-Bueno, putas, tienen mi permiso para cogerse, como buenas depravadas que son, y estén listas para recibir a Milena esta noche, a eso de las ...
... nueve. Ahora salúdennos como corresponde. –dijo Amalia y ambas sumisas besaron su mano y la de Elena y al quedar solas se miraron y fueron en cuatro patas una hacia la otra, jadeando de calentura, hambrientas de sexo. Ya frente a frente, Eva derribó a su hija al piso, donde quedó de espaldas y ambas comenzaron a besarse, a acariciarse con manos crispadas, a morderse, a buscarse las bocas, a capturarse los pezones para estirarlos y retorcerlos hasta escucharse gemir primero y enseguida gritar de dolor y placer. Los culos fueron enseguida el objetivo de ambas y los dedos partieron, raudos y precisos, bañados en saliva y penetraron por el estrechísimo sendero, primero uno y luego dos y todo fue el ir y venir de esos dedos y fue jadeos casi animales y cuerpos encendidos y en un tiempo sin tiempo otros dedos en otros senderos húmedos y de inmediato torrentes y pronto los cuerpos tensos y después estremecidos en violentas convulsiones interminables en medios de gritos y expresiones obscenas de la madre hacia la hija y de la hija hacia la madre estrechamente abrazadas y putas, cada vez más putas y cada una sabiéndolo y entregándose a su destino.
………….
Milena creyó estar soñando cuando Amalia le comunicó que a partir de esa noche debía instalarse en el departamento de Eva y su hija y ocuparse de organizar todo con las visitas.
-Señora, ¿puedo hacerle una pregunta?... –dijo con el corazón latiéndole aceleradamente.
-Claro que sí. –concedió Amalia.
-¿Voy a poder tener sexo ...