Chucho, mi amor de juventud - Relatos Eróticos

Chucho, mi amor de juventud

Hola a todos, mi nombre es Miguel, soy de la Ciudad de México y desde muy joven supe que me gustaban los hombres y cada que me masturbaba pensaba en actores o cantantes que en aquella época me atraían y soñaba con perder mi virginidad, pues cada vez que veía una revista porno gay, me imaginaba penetrando a otro chico o que me estuvieran chupando el pene. Ya desde ese momento sabía que como gay, me orientaba como activo, además de que no se me notaba que era homosexual, pues no era ni amanerado ni tenía gustos musicales o de ropa con los que usualmente se identifican a los gays, por lo que nadie sabía mis gustos íntimos.

Claramente que ocultaba mi inclinación sexual, pues para 1985, en México era todavía un tabú hablar de estos temas no solamente en la sociedad, sino también entre la familia, así que yo no decía nada al respecto. Cuando a mis 16 años ingresé a la prepa, conocí a Jesús (Chucho) otro joven de mi edad y que se le notaba a kilómetros que era gay, pues era súper amanerado, usaba colores de ropa llamativos, a veces se notaba que usaba medias por debajo de sus pantalones. Sin embargo, me sentí fuertemente atraído por él y ni siquiera sabía la razón, aunque debo confesar que era guapo y tenía carisma, pues tanto mujeres como hombres hetero eran sus amigos y no se burlaban de él, como solía pasar usualmente en la Ciudad de México.

Yo procuraba estar siempre cerca de él en las clases y trabajos en equipo. Cada vez que platicabamos y me miraba fijamente a los ojos, ...

... me sentía extrañamente turbado y tenía una erecciones muy dolorosas. Por las noches me masturbaba pensando en él, soñando en penetrarlo, o soñando como sería que Chucho me mamara mi pito y se tragara mi semen.

Un día que varios de los compañeros de la prepa estabamos en casa de Chucho haciendo un trabajo, noté que él ponía más atención a mis palabras y me atendía en todo lo que podía para hacerme sentir a gusto, pensé si era mi imaginación o en verdad me estaba dando entrada. Luego de finalizar el trabajo y los demás compañeros se fueron, yo puse como excusa para quedarme un rato más en casa de Chucho, que debía de organizar todo el material para no hacerlo todo a la carrera en mi casa. Cuando estuvimos solos, y ya en confianza le dije a Chucho, "sabes, no sé si te has dado cuenta, pero soy gay y quiero decirte que me gustas mucho". Chucho se ruborizó y sin saber qué decir, se sentó a mi lado en el sillón, tomó mi mano y casi en un murmuro me dijo, "presentía que eras de mi equipo, aunque no tenía la certeza. Además, Migue, yo también me siento atraído por ti" y sin más me besó en la boca, a lo que yo respondí con ardor usando mi lengua.

Luego de ese beso, que duró muchísimo, noté que tenía una erección que sobresalía de mi pantalón de vestir. Chucho se dio cuenta de ello y me preguntó, de manera muy natural, "¿Eres activo, cierto?", tome su mano y delicadamente la besé, para luego decirle, "sí, lo soy y supongo que tú eres pasivo". Chucho por toda respuesta se levantó ...