1. VIVENCIAS 3 (LIZETTE)


    Fecha: 31/12/2018, Categorías: Hetero Autor: efeso, Fuente: RelatosEróticos

    VIVENCIAS 3 (LIZETTE)
    
    MI integración a la gran urbe, se fue dando sistemáticamente, de tal forma que en pocas semanas ya estaba adaptado casi en todos aspectos, mi único problema era con mis compañeros que no terminaban de aceptarme tan fácilmente. Hice buena amistad desde un principio con un compañero que también venía de provincia, su nombre es José Alfredo, el era de San Martin de las Pirámides, a diferencia mía, él tenía la facilidad de ir y venir a su casa a diario, pero mi nueva vida había hecho que el recuerdo de Lea, fuera cada día menos doloroso. Y también Rosario contribuyó en esta tarea. Rosario: una chica que a pesar de haber nacido en la capital, era de esas chicas que preferían pasar horas y horas estudiando y en total soledad, no era fea, al contrario era muy bonita, (eso lo descubrí después), su piel morena clara contrastaba con el tono obscuro de su pelo, usaba lentes, y su forma de vestir, no le ayudaba en nada a su aspecto, por el contrario, pasaba desapercibida para todo el mundo en la escuela. Recuerdo que como a la semana de haber iniciado el curso, se dio nuestro primer contacto, yo era de los que se sentaban hasta atrás, ella también, pero casi siempre se sentaba delante de mío, ese día, ella llevaba una falda café hasta media pantorrilla, con unas botas negras de piso, sus blusas eran de lo más conservadoras, por lo que restaba atención a sus atributos, su peinado casi siempre de una trenza, y cero maquillaje en su rostro delineado pero poco ...
    ... atractivo, únicamente resaltaban sus tupidas pestañas que eran adornadas con una ligera capa de rímel. Estábamos en la clase de Lectura y Redacción, cuando el profesor Ulises Mancilla, pidió a Rosario, que leyera un texto de nuestro libro, ella se levantó y comenzó la lectura. Temía una voz dulce y melodiosa. Al término del texto ella volvió a tomar asiento y fue ahí donde me llamo la atención, al momento de sentarse frente a mí, mis ojos se clavaron en sus caderas, que a travez de la gruesa tela de su falda se dibujaron de un tamaño, más que bien proporcionado. Por lo que intuí que bajo toda esa ropa de señora que siempre usaba, escondía un cuerpo de deleite.
    
    Justo ese mismo día, casi en las últimas clases nos tocaba taller de mecanografía, dicha aula se encontraba en el 3er piso del edificio “c” de la escuela, todo transcurrió normal, cuando hubo terminado la clase, Fredy y yo nos bajamos rápido para fumarnos un cigarrillo en uno de los pasillos cercanos a la salida. Los demás compañeros iban bajando en pares o grupos y al final, la “señora” Rosario, como le decían los ojetes de mis compañeros. Ella como siempre iba bajando, pegada a un libro que casi nunca soltaba, pero justo a la mitad de las escaleras, dio un mal paso y se resbaló, provocando un sinfín de risas entre los descarados que iban pasando. Sin pensarlo 2 veces y con la mayor de las cortesías, me apresuré a ayudarla a levantarse, y cuando tuve cerca su rostro, pude ver a travez de los cristales de sus lentes unos ...
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