VIVENCIAS 3 (LIZETTE)
Fecha: 31/12/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: efeso, Fuente: RelatosEróticos
... esmalte rojo, empecé a besar sus piernas hasta sus dedos y ella por instinto se llevó una de sus manos hasta su rajita y comenzó a masajearla por encima de su panti, mis besos fueron subiendo de tono dándole pequeñas mordiditas en la cara inferior de sus blancos muslos provocándole algunos chupetones, de vez en vez llegaba casi hasta su vagina y dejaba envenenarme con el delicioso perfume que expedía su sexo. Despues de algunos minutos ella abrió totalmente sus piernas mostrándome como su panti se encontraba totalmente mojada a la altura de su entrada vaginal lleve mis manos hasta los extremos y comencé a bajarle sus calzoncitos ella levantó sus caderas para facilitar mi acción, le dejé puesta la falta y mis dedos desabotonaron su blusa, dejando al descubierto un sosten que hacía el juego completo con el panti, saque por encima de las copas sus senos duros como siliconas y sus pezones saltaron en un estado de erección, invitándome a succionarlos, a cada apretoncito que le daba ella arqueaba su espalda y apretándose su rajita, quité su mano, dejando al aire libre su rajita adornada con una mecha depilada de pelitos, separé de par en par sus hermosas piernas y mi lengua fue directo hasta su rajita caliente y jugosa, que a esas alturas emanaba a borbotones sus jugos que bebi con ansiedad, mientras con un dedo daba ligeros masajitos en su inflamado clítoris. Así estuve durante varios minutos hasta que le arranqué un tremendo orgasmo acompañado de gritos de placer, pidiendo que ...
... ya la penetrara, pero no, todavía no. Para entonces después de mis no tantos pero si frenéticos encuentros sexuales, había logrado adquirir un control mental para retrasar lo más posible mis eyaculaciones, cosa que hasta la fecha, mi esposa y alguna que otra amante que han pasado por mi vida me han agradecido. Mi pene estaba de lo mas erecto y expulsaba gran cantidad de lubricante, pero yo quería prolongar hasta el fín la deliciosa agonía que provoca el éxtasis. Me saqué por completo mis pantalones y mi trusa y me senté en el sillón indicándole que ahora le tocaba a ella chuparme mi dulce fierro, sin más ni más y demostrando que no era la primera vez que lo hacía, lo tomó de la base y lo engulló con delicada maestría, arrancándome oleadas de placer, si que sabía mamar, tomé su cameza con mis dos manos, marcando el ritmo con el que quería que ella bajara y subiera a lo largo de mi verga. Cuando sentí que estaba a punto de explotar, le dije que se detuviera, ella obedeció y aguardó unos instantes, le dije .
Ahora si chiquita, mátate tu sola.
Dándome la espalda, se acomodó de tal manera que la punta de mi pene quedara en su entrada vaginal, cuando lo consiguió, de un solo sentón se hundió mi verga en su gruta caliente que al contacto con el intruso sentí como se estremecía apretando mi garrote con una cadencia sin igual, ella comenzó a cabalgarme con singular pasión, dejando que su cabellera bailara al ritmo que marcaba su cadera, cuando mi verga se hundía totalmente ella ...