1. Ser el hermano mayor no es fácil


    Fecha: 15/07/2025, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: El hermano mayor, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Mi mamá se casó hace 1 año con un señor que tiene una hija de 15 años, yo tengo 19. Mi mamá tomó la decisión de que iríamos a vivir con su nuevo esposo, Ernesto. Aunque el tipo no me cae mal, yo no estaba de acuerdo, pero como era obvio mi opinión no contaba.
    
    Seguido salían de novios, a citas y se tardaban mucho tiempo. A mí me dejaban encargado de mi nueva hermana, pues debía de tomar un medicamento para dormir porque desde que su mamá murió le dan pesadillas muy fuertes. No me gustaba porque siempre me hacía lo mismo, en lugar de irse a su cama después de tomar su medicamento, se quedaba en el sofa de la sala y yo tenía que cargarla a su cuarto. 
    
    Las primeras veces me encabronaba, porque no soy su puta niñera, pero después me di cuenta que el medicamento era muy fuerte y ella no sentía ni despertaba, por nada del mundo. 
    
    Una noche que me enojé por esta situación y en la cuál comenzó todo, mi hermanastra Keyla estaba dormida boca arriba en el sofá, su blusita se había quedado un poco de lado, dejando ver un pequeño pezón, al darme cuenta comencé a pellizcarlo y masajearlo, pronto le subí la blusa y comence a jugar con sus tetas, luego de un rato comencé a chupárselas, me di gusto un rato. Después la cargue y la llevé a su cama. Esa noche me la jalé bien rico pensando en ella.
    
    Luego de semanas mis papás volvieron a salir. Ahora Keyla si se acostó luego luego que se tomó su medicamento, a los minutos yo fui a ver si ya estaba dormida, cuando lo verifique me ...
    ... empecé a masturbar en su cara, pasándole la verga por su carita y su boca, le masajeaba una teta con una mano y con la otra me puñeteaba en su boquita. Fue muy rico, hasta me vine en su carita, llenándola de semen. Rápido la limpié con toallitas húmedas, procurando no dejar rastro.
    
    En otra ocasión nuestros padres iban a ir un fin de semana de campamento, yo fingí enojarme, porque eso significaba que yo no podía salir y debía cuidar a mi hermana. Ernesto me dió dinero para compenzarme y no me enojara tanto, yo le agradecí, pues en el fondo sabía que casi me estaba pagando por llenar de mecos a su hija.
    
    Cuando llegó el fin de semana yo ya estaba preparado con lubricante y pastillas del día siguiente, pues quería dejar bien llena de semen a mi hermanita Keyla.
    
    La primera noche esperé a que se quedara bien dormida. Le quité toda la ropa, me di un festín con sus tetas, luego bajé a su panochita, que tenía poquitos pelitos, estaba bien cerradita, muy chiquita, se la lamía y chupaba, tenía un saborcito tan rico y adictivo, que no paré por un buen rato. Luego me encueré y mientras seguía chupando su panochita me la empecé a jalar poniéndome lubricante. Estaba tan cachondo que ya me urgía meterla, entonces me puse entre sus piernas y embarrando lubricante en su entrada empecé a meterla muy lentamente, poco a poco, yo sentía como esa puchita me la apretaba bien duro, fue un gran esfuerzo el meterla despacio y no dejarsela ir duro de jalón hasta dentro.
    Cuando estaba adentro la ...
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