Ser el hermano mayor no es fácil - Relatos Eróticos

Ser el hermano mayor no es fácil

... mitad, comence un lento mete saca, tan rico que aumenté pronto el ritmo, poco a poco iba metiendo más, hasta que a los pocos minutos ya se la tenía bien clavada y le daba duro con mis embestidas.
Yo sabía que ella no me escuchaba, pero le decía "uuufff hermanita, la tienes tan apretadita, no sabes cuantas ganas tenía de esto, me la aprietas bien rico"
Yo gozaba y en eso, se la saqué y la acomodé boca abajo, puse unas cuatro almohadas debajo de su pelvis, dejando su colita en pompa, me la empece a coger comosi estuviera en cuatro. Me excitaba viendo esas nalguitas chocando en mi pelvis. 

La penetraba duro y yo masajeaba sus nalgas y las separaba, vi su pequeño anito y se lo empecé a masajear con lubricante, le empecé a meter la punta del dedo, sin dejar de penetrarla. Cuando ya le cabían dos dedos no pude más y dándole más duro me vine adentro de su vagina, se la dejé adentro un rato mientras yo jugaba con mis dedos en su culo, poniendo más lubricante. Sentí como mi verga que se estaba poniendo blandita otra vez se ponía dura adentro de su puchita.
Cuando ya cabían tres dedos, saqué mi pito de su vagina y ...

... lentamente lo empecé a meter en su culito, mi verga resbalaba gracias al lubricante, de apoco comenzó a entrar, la sensación más rica, sentía mi pito bien estrangulado entre esas nalgas, no paré hasta dejarsela bien adentro, luego la empecé a sacar hasta llegar a la punta, para luego meterla de nuevo toda, así varias veces muy despacio. Luego de unos minutos comencé un mete saca más rápido y con fuerza. Yo le decía a Keyla "que rico culito estoy estrenando, te lo voy a dejar bien abierto, me vale verga si te das cuenta mañana cuando no te puedas sentar!"

Comencé a cogermela bien duro, como con coraje, la tuve así buen rato, enterrandole bien salvaje mi verga y chocando en esas nalgas. Luego de un rato no aguante más y me vine dejandole el ano bien lleno de leche.

Cuando saqué mi pene, sus dos agujeros brotaban semen, su culito se quedó abierto un rato, rojo. Fue una vista que se quedara bien grabada en mi mente.

Una vez que la dejé bien limpia, la vestí y la hice tragar una postday. La deje en su cama como la encontré y me fui a dormir a mi cuarto.

En otro relato cuento qué más le he hecho a la pendeja de Keyla.