Cuando pruebas te gusta 2 - Relatos Eróticos

Cuando pruebas te gusta 2

... cadera y podía oler su perfume esto ya hizo que mi polla casi estuviese al límite. 

Cuando avanzamos hacia el salón Jaime me estrechó la mano y acto seguido mientras manoseaba el culo de Marta la dio un buen morreo mientras le decía que hoy no se escaparía de follarla. 

La cosa a mí me parecía que pintaba muy bien yo por lo menos me sentía a gusto cachondo veía una predisposición al gozo. 

Ya del sofá sentados Carmen nos enseñaba prácticamente su entrepierna con una lencería de color blanco dejando a la vista prácticamente sus muslos por entero sus pechos luchaban por salir de aquel vestido mientras que Jaime acariciaba la pierna de mi mujer sin complejos y esta hacía lo propio con la de él sin llegar a sus entrepiernas. 

Carmen puso un poco de serenidad ya que nos dijo que la cena había preparado para disfrutarla y que el postre era cosa de los cuatro. 

La cena hay que reconocer que transcurrió de lo más cachondo pero sobre todo porque Jaime no paraba de besar ambas mujeres y Carmen de vez en cuando lo hacía conmigo como queriéndome meter en el grupo, sí que la primera vez que recibí un beso la boca después de besar a su marido no sentí asco y luego yo mismo aproveché a besarla mira a mi mujer así que ambos hombres besábamos a ambas mujeres ya que las teníamos al alcance. 

Mi calentón era extremo mi polla luchaba por salir de él pequeño slip que llevaba y que ya sentía algo húmedo. 

Llegando a los postres Jaime comenzó a meter mano en la entrepierna ...

... de mi mujer y esta comenzaba a sentirse más que excitada Carmen para poner las cosas más o menos en el mismo sitio se quitó las braguitas que llevaba un tanga de un tamaño XL pero muy sexy, esta me lo pasó a mí. 

Carmen. Mira lo mojado que lo tengo y me las he puesto limpias. 

Me ofreció aquel tanga y cogiendo lo mis manos pude ver que realmente tenía una buena humedad a la distancia que lo veía podía sentir cierto perfume pero también olor a sexo. 

Marta cogió las braguitas y pasó su lengua por la zona húmeda confirmando lo guarra que se ponía con el sexo, esto lo hacía más que subir el grado de excitación y morbo ya que con semejante mujer el gozo estaba asegurado. 

El postre eran unos pequeños pastelitos que ya en la mesa Carmen comentó que eran para compartir. 

Marta se les hizo de su vestido quedando simplemente con su calzado aquellos tacones altos momento en que Jaime comenzó a chupar el pecho más cercano a él sin ningún complejo mientras mi mujer comenzaba a jadear. 

Carmen también hizo desaparecer su vestido y pude ver aquellos exuberantes pechos de tamaño colosal esta se acercó a mí para darme sus ubres a chupar cosa que hice al instante dándome un buen empacho con aquellos monumentales pechos. 

Jaime continuaba amasando ambas tetas de mi mujer y mordisqueando aquellos pezones que tantas veces había yo saboreado podía ver como mi mujer cruzaba miradas conmigo de satisfacción mientras yo creo que hacía lo mismo gozando de aquella hembra madura. ...