Son tan bellas las mujeres que quisiera ser una - Relatos Eróticos

Son tan bellas las mujeres que quisiera ser una

Parecería trillado pero todo empezó cuando estaba chiquito. 
Mi mamá me llevó a sus compras y de la nada vio un corpiño para mi hermana. Era un fondito rosa con bordados bastante coquetos. Como no atinaba la talla dijo: mídaselo a él que está del mismo tamaño. Y que me ponen el fondito, la sensación de la tela sedosa (obviamente no era de seda) en mi piel, sobre mi pecho, pezones abdomen y nalgas! Era lo más bello que había sentido en mi corta existencia. Ahí nació mi fetiche travestista. No había aparecido en mi la idea de masturbarme ni nada de eso, era para mí un vicio, una es necesidad, esperar a quedarme solo para ponerme la ropa de mi hermana o de mi mamá, sentir la suavidad de la ropa interior femenina, las pantaletas, fondos, corpiños, brasieres, vestidos y faldas. Me preguntaba: por qué las mujeres tienen ropas tan ricas y sabrosas y nosotros mugres truzas, camisetas o calcetines horrendos.
Crecía y descubría más cosas. Me ponía debajo de mi ropa de hombre ligueros, pantaletas, medias y corpiños y me salía a la calle hasta que descubrí que eso me provocaba orgasmos y yo no sabía qué me pasaba. Para acabarla de acomodar la naturaleza me iba dando un cuerpo muy parecido al de mi mamá, piernas torneadas y nalgas paradas que yo atribuía a que me ponía ropa de ella, no se que me pasaba, probablemente mis hormonas no estaban bien pero me iba poniendo mas buena que mi hermana. En una ocasión, siendo aún un niño  estando en un almacén un empleado de este me dijo: Ven, te ...

... voy a enseñar algo. Me llevo al fondo de la bodega y me subió a una tarima a y me dijo: asómate ahí; y que me sujeta de las caderas y me da mi arrimon! Al principio no sabía qué hacer, sentía su pene erecto frotándome las nalgas y eso me gustó, tuve mi primera erección, disfruté tanto como me empujaba y su verga frotándome las nalgas y solo se me salió un Que rico! , y me soltó. Creo que Eso valió para que no me violara porque es sabido que la satisfacción de un violador está en la resistencia de la víctima. Años después supe que el tipo estaba en el penal, por algo había de ser. 
La verdad que sin querer tenía mi suerte con hombres. Crecí siendo travestí de closet pero seguido se me acercaban algunos compañeros degenerados de mi escuela para tratar de seducirme. Había uno que me contaba cuentos de lo que me iba a hacer que sería muy socorrido en sitios como este. Crecí y conseguí trabajo. Tenía bastantes pretendientes que querían reventar mi culito, pero este aún continuaba virgen. Obviamente si me dejaba coger se iba a saber y yo iba a salir disparado de la fábrica porque ahí no había discreción. Si había tipos que me gustaban, incluso les dejaba ver esbozos de la lencería que usaba bajo mi ropa de hombre, pero nunca me atreví a coger con ellos. Uno que si me gustaba pero igual de tímido que yo me palpó una nalga y yo le toqué su pene parado pero hasta ahí llegó. 
Decidido: No más joto caliente en el trabajo. 

En una ocasión en mi incursión travesti nocturna me puse mis ...