MÁS AGUJEROS QUE HABITANTES - Relatos Eróticos

MÁS AGUJEROS QUE HABITANTES

... a decirme… lo que resolviste…
-Está bien lo haré… ¿Vienes a almorzar con nosotras?
-Por supuesto, cuando me digas…
-En 15 minutos…
-Allí estaré… - De solo pensarlo se me paró la pija. El bulto es notable y no lo pienso disimular… Élida me miró sonriente…
Me bañé y me puse ropa limpia y fresca. Evité masturbarme en la ducha, dado que quiero conservar potencia y cantidad para luego del almuerzo. ¡Creo que será interesante!
Élida y su hermanita, Lidia, se habían cambiado también…, y por el aroma, creo que también se ducharon. ¡Están preciosas! Un muy ligerita vestido, de amplio escote y escasa falda, que permite agasajar la vista con tanta belleza…, y activar la erección…
Almorzamos solamente los tres. No sé a cargo de quien habrá quedado la gasolinera… Tampoco me importaba. Ambas procuraban servirme con deferencia y halago, inclinándose generosamente frente a mí, a fin de poder visualizar sus espléndidas tetas…, de ambas…: duros conitos la menor…, amplios globos Élida, con todo el seductor interés de que yo las goce…, aunque sea visualmente… 
-Muy rico y generoso el almuerzo…, y muy hermosa la compañía…
-¡Aaahh Dani! ¡Qué galante! 
-Y…, ¿puedo verlas de más cerca? – No hay tiempo que perder.
-¿Más cerca? ¿Cómo qué? – Élida preguntó con alevosía…
-Bueeee…, que no haya nada que impida la vista…
-Aaahhh…, bueno…, siiii…, si querés…, bueeee…, cuando quieras…
-Ahora, luego, cuando vaya al dormitorio… ¿puede ser?
-Claroooo…, ¿las dos? – Élida sigue ...

... “preguntando”.
-Si, sin duda, lo mejor…
-En media hora… ¿está bien? 
-Perfecto. – Me levanté y fui al dormitorio. Sin llave, para que entren cuando quieran.
Me acosté desnudo, bien al palo, con la necesaria sobada para mantenerla así…
No pasó media hora. Ambas entraron sonrientes, con el cabello tomado en una cola. Tienen el mismo vestidito grácil, liviano, cortito y escotado…
Soy un caballero: me levanté en bolas, con la pija al palo y las recibí en mis brazos. Nos besamos y re besamos en boca, rostro, cuellos, pezones, vientre y colitas… Ambas se arrodillaron y fueron con la boca a la pija. Rápida y sabrosa mamada. La saliva de ambas me la dejaron bien lubricada. 
Cuando las tuve desnudas las senté en la cama y me dediqué al hermoso placer de chuparles la concha. Ambas gimen, suspiran y gritan…, aunque quedamente…
Luego de sus primeros orgasmos, me acosté boca arriba. La nena, Lidia, se ensartó rápidamente. Atraje a Élida hacia mi rostro. Experta, se acuclilló. Una nueva chupada y nuevo orgasmo. Lidia cabalga como una posesa, sacudiéndose con todo para todos lados. Ambas hermanas se amasan las tetas…, y se divierten riendo a carcajadas… No les preocupa que alguien pueda oír.
No pasó demasiado y la nena tuvo su orgasmo. Se desensartó rápidamente, se dio vuelta sobre mi cuerpo y ofreció su popa a la hermana, veloz atleta para ubicarse de la mejor manera para chupar la concha de Lidia. 
Le indiqué que se monte sobre mi rostro. Lidia lo hizo, mientras Élida se ensartaba sobre mí y ...