Acompañando a la abuela Emma 2 - Relatos Eróticos

Acompañando a la abuela Emma 2

Hasta ése momento no pensé mal de mí abuela Emma, porque era común que sufriera dolores de espalda y era mi abuelo quién le frotaba siempre y cuando no podía por estar ocupado atendiendo en la cafetería, me pedía que lo hiciera yo, en ése momento mí edad era de 15 años y trataba de hacerlo lo mejor posible y sobretodo sin malicia, así que mí abuela hasta ése momento me veía como si fuera un niño y me tenía total confianza.

Así que bajo un poco más la colcha que la cubría hasta sus rodillas y por eso podía mirarle su enorme trasero de grandes nalgas y mí mano tocaba ya toda su espalda, estaba nervioso y al mismo tiempo muy excitado y era lo mejor acabar con los masajes y le preguntó sí le había calmado el dolor 

-! Uyy.. un poco pero continúa que sé siente muy rico.!

Mí mano estaba muy cerca de llegar a sus nalgas y no me atrevía aún si  tocarlas o no y después de pensarlo mucho lo hice, mis manos acariciaba suavemente sus glúteos y mi abuela no me dijo nada. Así que ahora abría y cerraba sus enormes cachetes y la sentí emitir expresiones de gozo, así que ahora mis manos recorrían toda su espalda y terminaban tocándole y acariciándole todo su trasero con un poco de lujuria. 

-! Abuelita me detengo o continúo..?

Mí abuela Emma no dijo nada así que entendí que deseaba que siguiera, la  tocab ahora con más ganas y pegué mí erección en medio de sus nalgas y me sintiera, como me había puesto el darle masajes en su espalda y ella seguía sin decirme nada. Hasta ése ...

... momento sólo le frotaba mi erección debajo de mí pijama, así que me bajo el pijama y libero mi pene poniéndolo en medio de sus grandes nalgotas.

- ! Ahhh ..noo..Conrad..soy tu abuela, esto no está bien..ahh .ahh .!

Su negativa para que no siga era sólo verbal, ya que seguía echada sobre la cama y con todo su enorme trasero a mí disposición y entendí que no tener intimidad sexual mucho tiempo ya la tenía muy propensa a excitarme con las caricias de un hombre, lo que no  me imaginé jamás era que a su edad 68 años aún tuviera vivo su libido.

-! Abuelita, solo estoy cumpliendo lo que le prometí al abuelo que siempre  iba a cuidarla y buscaría hacerla feliz, déjese llevar y disfrute el momento.!  

E hice a un lado la tanga negra que la abuela usaba, lo suficiente para que pueda meter mi duro pene muy cerca de su caliente vulva, empezando con suaves movimientos a frotarle ahora  sus labios vaginales y mi abuela aún así no quisiera reconocerlo lo estaba disfrutando, pero también aún tenía  vergüenza que fuera su nieto quién la hacía que gimiera ya de placer cómo si fuera mucho más joven y por eso no sé atrevía a mirarme. Pero eso no me importaba, así que fuí empujando lentamente mí verga y sentía como si fuera un volcán caliente ya listo para entrar en erupción.y dijo en alemán 
( Ahh papito me estás llevando para el cielo.. ayyy.ayy..!

-! Ahhh...papa, du bringst, mich in den Himmel.. ayyy..ayy .!

Cómo nieto de alemanes yo entendía muy bien lo que me dijo, entonces ...