1. El ascenso de mi amiga: Le encanta serle infiel a su esposo y se vuelve la putita de su jefe


    Fecha: 31/07/2025, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: Karen Hernández, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... carpeta de ideas, él con cara de ejecutivo concentrado. Pero conforme se fueron viendo más seguido, comenzaron a notar ciertas cositas… coincidencias, le llama ella.
    
    —“Oye, ¿tú también tomas café sin azúcar y con canela?”
    —“¿Te gustan los libros de suspenso con finales trágicos? ¡Igual que a mí!”
    —“¿No puedes trabajar si no tienes música de fondo? ¡Somos iguales!”
    
    Y así, como quien no quiere la cosa, la tensión fue creciendo. Ella me lo contó con esa voz pícara de niña traviesa, como quien quiere hablar en secreto:
    
     “Amiga, te juro que cuando nos miramos, hay algo. No sé cómo explicarlo, pero siento que el aire cambia. Y él también lo nota, se le nota en los ojos… en cómo me mira. No es solo profesional. Hay algo más. Y cada vez que me llama para ‘revisar los avances de la campaña’, sé que en realidad quiere estar conmigo un rato más. Y yo… pues no me hago la difícil, porque tampoco me molesta, ¿sabes?”
    
    Dice que no ha pasado nada explícito, pero que esos encuentros tienen su toque de juego, de seducción silenciosa. Ella entra a su oficina con su look matador, sonrisa encantadora, y él la espera con su camisa remangada y ese perfume que a ella le enloquece. Platican, trabajan, pero también se lanzan miradas largas, se ríen de tonterías, y se despiden con esos silencios que dicen más que mil palabras.
    
    Y claro, aunque el ascenso aún no es oficial, ella siente que va por buen camino, en todos los sentidos. 😉
    
    La última vez que hablamos por videollamada mi ...
    ... amiga estaba en su habitación, echada sobre la cama, con un top de tirantes delgaditos que apenas cubría lo necesario y unos shorts de tela suave. Toda relajada, pero igual viéndose deliciosa sin hacer mucho esfuerzo. Nos quedamos chismeando como una hora y media, y cuando le mencioné lo del posible ascenso, se mordió el labio, giró un mechón de su cabello entre los dedos y soltó una carcajadita.
    
    —“Ay bebé, no sabes... desde que me dijeron eso del ascenso, siento que todas las miradas se me clavan más fuerte. Y no solo las de mi jefe, eh…” —me dijo guiñándome el ojo.
    
    Yo me reí y le dije:
    —“Claro mami, si tú vas vestida al trabajo como una modelo de revista, ¿cómo no te van a mirar?”
    
    Ella levantó una cejita y se acomodó en la cama, cruzando las piernas.
    
    —“Tú sabes cómo soy… a mí me gusta verme bien. Siempre. Pero no lo hago solo por ellos, lo hago por mí, porque me da poder, ¿sabes? Como cuando me pongo esa blusa roja de satén que tiene escote cruzado y manga larga ajustada, esa que se pega a la cintura y se amarra con un lazo al costado… uff, ese día fue una locura.”
    
    Me soltó tremenda anécdota:
    
    > “Ese día tenía reunión con un cliente nuevo que querían atraer como patrocinador de la emisora. Cuando entré a la sala de juntas, todos voltearon como si hubiera entrado una estrella de cine. Me senté justo frente al cliente, que era un tipo alto, elegante, pero con cara de que se distrae fácil. Y así fue. Durante toda la presentación, él miraba más mi escote que las ...
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