Relatos eróticos esposos cómplices cap 200 - Relatos Eróticos

Relatos eróticos esposos cómplices cap 200

Amigos buenas noches me llamo Rosa con 35 años de edad, me considero guapa por mis ojos claros y mi pelo castaño largo, soy blanca y mido 1.50 con un cuerpo que mantengo bien, gracias al gimnasio y me gustan los halagos que me dan en la calle así como los piropos y cuando voltean a mirarme a veces logrando excitarme teniendo que descargar con mi marido por las noches.

Él también tiene mi edad, se llama Willy, también es guapo, es médico de un hospital , por sus celos no me deja trabajar teniendo que atender la casa y a nuestro hijo que es un estudiante adolescente.

Con 15 años de casados hemos tenido altos y bajos en lo sentimental como en lo económico pero ahí vamos avanzando. En lo sexual somos termino medio ni muy fríos ni muy calientes. Ambos tuvimos un par de enamorados pero llegamos vírgenes al altar. Vivimos independientes sólo con nuestro hijo.

Lo que les voy a contar sucedió hace 6 meses y no sé por que me encendió tanto ni cómo mi esposo lo acepto y colaboró a que termine en la cama con otro y con su participación. A pesar de éstos meses aún no concibo que estemos viviendo una vida paralela a nuestro círculo social y familiar. Aún no lo asimiló pero lo vivo y lo disfruto. 

Les diré que en éstos 15 años no hubo motivo para pensar en otro hombre o en otra mujer, siendo suficiente lo que nos ofrecemos ambos, llegando siempre a la satisfacción.

Resulta que un día mi hijo jugando con su amigo Pepe en nuestra casa como lo hace siempre con todos sus ...

... compañeros del colegio, lo empujó de la escalera, cayendo sentado en una tabla golpeándose duro sus partes íntimas, poniendose a gritar y llorar de dolor.

Mi hijo que es bien tosco para ésos juegos asustado se fué a su cuarto por qué sabía la de gritos que le iba a dar.

Con esfuerzo levanté a Pepe sentandolo en el mueble sobándole el hombro, pidiéndole que se calme y él se sobaba desesperadamente la bragueta.

La verdad que no sabía que hacer sintiéndome tonta al sobarle el hombro  si él se había golpeado la verga.

En mi preocupación le pregunté :

Yo : Pepe, te duele mucho.

Cómo pudo me dijo que sí.

Yo : Quieres que te lleve al hospital ?

Cómo pudo me dijo que no, por qué su papá le pegaría y siguió llorando.

Conociendo a su padre sabía que tenía razón y después vendría contra mi hijo y contra nosotros.

Avergonzada, tomé una decisión.

Yo : Pepe, voy a bajarte el pantalón para revisarte mejor.

Pepe : No señora si mi papá se entera se va a molestar.

Viendo su cara de dolor y creo a punto de desmayarse insistí.

Yo : Si no te dejas revisar tendré que llevarte al hospital.

Demoró unos segundos.

Pepe : Está bien señora pero no sé lo diga a nadie.

Con esfuerzo logré bajarle el pantalón y ahora era yo la que se iba a desmayar, por la vergota que tenía éste mocoso.

Ver cómo se movía su verga debido a sus sobadas, me excitó, por que vi que su cabeza era bien gorda , que se cubría y descubría con sus movimientos.

Era una verga de más o ...