Relatos eróticos esposos cómplices cap 200 - Relatos Eróticos

Relatos eróticos esposos cómplices cap 200

... caminando con dirección al baño.

Cambié las fundas del mueble como si nada hubiera pasado.

Pepe estando de regreso terminó de alistarse sentándose conmigo en la sala.

Yo : Pepe : Tu verga es así o se te ha hinchado.

Pepe : No señora, ése es mi tamaño. No se preocupe, sólo me duele un poco.

Yo de forma completamente tonta.

Yo : Por qué ?

Demorando unos segundos.

Pepe : Debe ser de familia señora por qué mi papá la tiene más grande.

Subiendome los colores y los calores no sabía a dónde meterme después de ésa respuesta.

Menos mal que en ése momento tocó la puerta su papá para llevárselo.

Yo : Pepe, yá sabes ni una palabra.

Al abrir la puerta era su papá, un señor trigueño de 1.90 mt trigueño y bien musculoso. Al primer descuido le ví su bragueta viéndola pronunciada dándo fé a lo que dijo Pepe.

Cuando se fueron recién reaccioné que tengo hijo y marido. Mi hijo no salía aún de su cuarto dándome tiempo para contemplar el mueble y mis manos fieles testigos de la lujuria en que fui sometida por mi calentura.

Recién recordé que la verga de mi marido tiene 13 x 3 y a veces me hace doler y más cuando me da por el culo.
Cómo sería aguantar ésa vergota y cómo sería la de su papá. Brrrr mejor ni lo pienso.

Terminé de cocinar y sacando a mi hijo  de su cuarto le llamé la atención acordando no decirle nada a su papá cenando juntos cuando él lleue de su trabajo.

Ése día no le dije nada a mi marido para pensar mejor, si decirle o cómo decirle ...

... por ser un suceso muy delicado.

Al siguiente día me la pasé mirando el mueble y mis manos recordando la visión, el tacto, la chorreada y la tragada de leche que disfruté.

Por la tarde lo pensé mejor y preparé las palabras para confesarle a mi esposo si Pepe por presión, por confianza, por miedo o por algún dolor le cuente a sus padres o alguna persona.

Cuando llegó cenamos y después que mi hijo se fué a dormir lavamos las vajillas yéndonos a la cama.

Yo : Amor, quisiera hablar contigo.

Willy : Plata no tengo.

Yo : No es plata. Es algo bien delicado que hice y me siento mal necesitando confesarte.

Willy : A ver con quién te has acostado.

Yo : Amor comprende que me siento mal y necesito que me escuches.

Willy : Está bien, soy todo oídos.

Yo : Amor ( bla bla bla ) y viéndo la forma desesperada como se frotaba le bajé el pantalón a ver el daño que tendría.

Amor, tenía una vergota más grande que la de un adulto dándome temor agarrarlo, pero como yá tenía el pantalón abajo tuve que hacerlo para revisarlo, viendo sólo una parte colorada por el golpe, pero no tenía herida.

Le frote con una toalla de agua tibia y al untarle la crema se le puso dura su verga soltando bastante leche.

Mi marido se quedó callado por unos minutos y luego mirándome.

Willy : Cómo pudiste hacer éso.

Yo : Amor, estaba asustada.

Willy : Tocando esa verga te animó a dejarme y buscar a otro ?

Yo : No mi amor, nunca te dejaría y menos por una verga.

Willy : Cuál ...