1. El morbo que despierta mama


    Fecha: 12/08/2025, Categorías: Tus Relatos Autor: Anónimo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Mi mama tenía 35 años, era de tez morena. Nunca había imaginado cosas malas con ella, pero a esa edad algo comenzó a cambiar. La empecé a ver como mujer, tenía unas nalgas muy apetecibles, no eran extremadamente grandes, pero eran espectaculares, unos senos pequeños, y una cara como dirían mis amigos de puta. Empecé a notar detalles que antes pasaban desapercibidos, como la forma en que su ropa se ajustaba a su cuerpo, resaltando sus curvas de manera sutil pero irresistible. Su presencia en casa se volvió más intensa, y a veces, cuando estaba en la cocina o en el jardín, me sorprendía a mí mismo observándola con una mezcla de curiosidad y deseo. Me sentía confundido y culpable por estos pensamientos, pero también intrigado por esta nueva perspectiva que había descubierto en ella.
    
    Por motivo de una consulta odontológica de mi persona, tuvimos que tomar el metro. Quedé de encontrarme con ella en la entrada, venía con ropa de ejecutiva ya que trabajaba de contadora, una blusa roja y una falda blanca,  estaba espectacular. Al verla, sentí una mezcla de nerviosismo y admiración. Su apariencia profesional y elegante resaltaba aún más su belleza natural. La forma en que se movía, con una confianza y seguridad que siempre había admirado, me dejó sin palabras. Mientras caminábamos hacia la estación del metro, no podía evitar mirarla de reojo, observando cada detalle de su atuendo y la manera en que su ropa se ajustaba a su cuerpo. La blusa roja contrastaba perfectamente con su piel ...
    ... morena, y la falda blanca destacaba sus piernas, haciéndola ver aún más atractiva. Pero lo que realmente me volvía loco era su culo. La falda se ajustaba perfectamente a sus curvas, resaltando cada detalle de sus nalgas. Podía imaginar la forma en que se movían al caminar, tentándome con cada paso. 
    
    En la siguiente estación, Poblado, subió mucha gente y tuvimos que ceder el asiento a un par de ancianos. Al levantarnos, nos fuimos al centro del vagón, donde aún había espacio para transitar. Recuerdo ir atrás de mi madre, observando cada uno de sus movimientos. Al abrirse paso, por un momento quedó entre dos hombres. Vi cómo ambos pegaron su cuerpo hacia ella, y quedó en la mitad como por cuatro segundos. Fue espectacular. La forma en que su cuerpo se ajustaba entre los de ellos, resaltando cada curva y detalle, me dejó sin aliento. Podía imaginar la presión de sus cuerpos contra el de ella, la intimidad forzada que los unía en ese breve instante. La visión de su culo pegado a la pelvis de uno de ellos, la manera en que se amoldaba perfectamente, me excitó de una manera que no podía controlar. La curva de sus nalgas presionando contra él, la forma en que sus cuerpos se fundían en ese momento, solo servía para intensificar mi deseo y llevarme a un lugar de fantasías prohibidas y tentadoras. La escena me dejó con una mezcla de excitación y culpabilidad, pero no podía apartar la mirada, atrapado en la intensidad del momento.
    
    Luego de llegar a la mitad del tren, quedé detrás ...
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