Mi encuentro con el oficial #2
Fecha: 14/08/2025,
Categorías:
Confesiones
Tus Relatos
Autor: Karen Hernández, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... buscando excusas para que pase más tiempo contigo.
—¿Excusas? —arqueé una ceja— No sé de qué hablas… solo digo la verdad.
—Claro… la verdad que me tienes totalmente distraído. —Su voz bajó un poco, más cerca de mi oído—. Y créeme… esos jeans me vuelven loco.
—¿De verdad? —pregunté, inclinándome apenas hacia él, jugueteando con un botón de mi blusa—. Yo pensaba que solo te distraía la blusa…
—La blusa ayuda… pero los jeans son otra historia. —Se rió suavemente— Me cuesta concentrarme en el arreglo de tu carro cuando te veo así.
Le di una mirada coqueta, disfrutando la tensión que se había creado entre nosotros.
—Entonces… ¿qué propones?
—Propondría empezar con lo que vinimos a hacer… arreglar la tenencia… —susurró, caminando un poco más cerca— pero que sepas que cada palabra va a estar cargada de distracción.
—Eso suena justo… —dije, bajando la voz y acercándome también— si prometes que después de ayudarme, seguimos… hablando.
Él sonrió, inclinándose apenas hacia mí, midiendo la distancia con precisión.
—Prometido… pero solo si tú me sigues provocando así, porque no pienso dejar que desaparezca esta vista.
—Eso va a ser muy fácil, oficial… —contesté, con un suspiro suave— especialmente cuando tú sigas mirando así.
Nos quedamos ahí, intercambiando palabras cargadas de intención y sonrisas cómplices, mientras la noche avanzaba y la tensión entre nosotros crecía. Cada gesto, cada mirada, cada susurro sugería que lo mejor de esa noche aún estaba por venir… y ...
... que el “arreglo” de la tenencia era solo la excusa perfecta para disfrutar del uno del otro.
Llegamos cerca del lugar donde íbamos a “arreglar” lo de la tenencia, un espacio tranquilo y apartado donde podíamos hablar sin interrupciones. Mientras él abría su carpeta con los documentos y yo revisaba los míos, no podía dejar de sentir cómo sus ojos me recorrían de vez en cuando, clavándose en mis jeans blancos y en el escote de mi blusa.
—Debo decirlo… —dijo con un tono bajo y juguetón mientras hojeaba los papeles—. No puedo concentrarme en estos documentos cuando estás vestida así.
—¿Ah, sí? —pregunté, inclinándome hacia él para observar los papeles también—. ¿Qué te distrae más… los jeans o la blusa?
—Los jeans… esos jeans blancos me tienen completamente perdido. —Se mordió el labio y levantó la mirada hacia mí—. Cada vez que te mueves, siento que se me olvida todo lo demás.
Me reí suavemente, jugueteando con la esquina de mi blusa.
—Pues deberías concentrarte en los papeles… o no habrá arreglo para tu multa.
—Ah… sí, claro… la multa… —dijo, fingiendo concentrarse—. Pero te juro que es difícil mirar aquí cuando tú estás tan cerca…
Le lancé una sonrisa coqueta y me acerqué un poco más, rozando su hombro con el mío.
—Y dime, oficial… ¿cómo planeas ayudarme si no puedes quitarme los ojos de encima?
—Planeo hacerlo con cuidado… muy, muy cuidadosamente. —susurró—. Pero no prometo que no me distraiga… y tú tampoco pareces querer que lo haga.
Hizo una pausa y ...