1. Quiero ser cornudo de mi novia de 21


    Fecha: 20/08/2025, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: lndr0, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X


    Tengo 21 años mi novia igual ella es chiquita, blanca piernona, tetas pequeñas pero blancas, su inseguridad es que ella dice que está gordita pero yo la veo perfecta, tiene un nariz aguileña pero no le quita lo guapa,tenemos casi 3 años de relación , la amo pero me causa morbo que hagamos un trio o sea cornudo pero sin que ella sepa que quiero eso, creo que me afectó mucho el porno pero me gustaría, pondré un foto de ella, me gustaría tambien intercambiar fotos con otras novias del la misma edad o hasta 30 , para ver si podemos hacer un intercambio o morbosear a la novia del otro. Siempre que le digo a mi novia de esas cosas de trios me calla y dice que me ama solo a mi pero espero más adelante ir metiendole la idea poco a poco pero con ayuda de alguno de ustdes , si comentan puedo pasarles más fotos y seguro morbosearnos entre nuestras novias. 
    
    
    Bueno pensaba termiinar aqui pero me pide 1000 caracteres como minimo , les agradeceré mucho si me ayudan a poder hacerlo, con otros que sean jovenes y poder hacer un trio, bueno no sé que mas decir al respecto , pero piden minimo 1000 caracteres espero poder hacerlo y publicar esto, comenten y pasare mas footos y capaz redes para morbosear rico.
    esto es de chatgpt pero tengo que ponerlo para llegar a 1000 caractestes ----->
    La habitación estaba en penumbra, apenas iluminada por la luz roja de una lámpara. Ella se recostaba en la cama con la respiración acelerada, sabiendo lo que iba a pasar. Yo estaba a su lado, acariciando ...
    ... sus muslos, cuando él entró en la escena. Mis ojos no podían despegarse de cómo la miraba, de cómo se acercaba lentamente y deslizaba su mano por su cintura. Ella cerró los ojos y dejó escapar un gemido suave cuando sus labios se encontraron con los de ella.
    
    Mi excitación crecía al verlos, la mezcla de nervios y deseo era intensa. Yo me mantenía cerca, tocándome mientras la veía entregarse, dejando que sus manos exploraran otro cuerpo. Pronto estábamos los tres enredados, besos que se cruzaban, manos que no sabían en dónde detenerse. Su espalda arqueada, sus gemidos más fuertes, y yo mirándola perderse en el placer mientras la sujetaba por la cadera. El morbo de compartirla, de sentirme espectador y parte del juego al mismo tiempo, me quemaba por dentro. No había celos, solo un fuego intenso que crecía con cada movimiento, con cada jadeo compartido.
    Habíamos hablado por días de esa noche. La idea nos daba nervios y morbo a partes iguales: encontrarnos con otra pareja para compartir algo que hasta ahora solo habíamos fantaseado. Llegamos juntos al apartamento, y el simple hecho de verlos allí, esperándonos con una copa de vino en la mano, hizo que mi corazón latiera más rápido.
    La conversación comenzó tranquila, risas, miradas cómplices. Pero poco a poco el ambiente se fue cargando. Notaba cómo ella miraba de reojo a su pareja, cómo sus sonrisas tenían un brillo diferente. Yo, por mi parte, no podía dejar de observar a la mujer frente a mí: sus labios húmedos, la manera en ...
«123»