El negro me sorprendió
Fecha: 23/08/2025,
Categorías:
Confesiones
Tus Relatos
Autor: Contador4u, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... espalda contra el siguiente nivel, abriendo al mismo tiempo sus largas piernas, exponiendo sin recato, enteramente, la verga y los huevotes. Qué belleza, pensé, y sentí mi propia erección mientras miraba como también a él volvía a ponérsele tan dura como la tenía en la regadera.
Sentía un impulso irreductible de tocarla, apretarla en mis manos. Un deseo creciente de probar, saborear. Quería mamarla, exprimirla con la boca y beberme su leche. Entonces vi que me miraba y sentí un calorcito que me recorrió el culo y me palpitó, por primera vez, de ganas por sentir su verga dentro. ¿Me estaba volviendo putito? - No lo sabía, ni me importaba ponerle nombre s esas nuevas sensaciones y deseos que me provocaba mirar su descomunal verga.
Ya no sentí vergüenza, le sostuve la mirada un momento y luego regresé a su verga, mientras se empezaba a masturbar.
¿Te gusta? Preguntó solo de manera retórica, pues era obvio que me la comía entera con la mirada. Luego me invitó a su lado para que la tocara y acudí de prisa. Primero con una mano, luego con las dos, recorrí todo su largo tronco y acaricié repetidamente sus huevotes peludos. Sin diálogos innecesarios, lo masturbé así, a dos manos, sin dejar de ver la verga y ocasionalmente a él. ¿Te la puedo mamar? Pregunté pidiendo permiso, mirándole a los ojos, y sin esperar respuesta verbal me zampé la cabeza entera y lo vi entornar los ojos. Recibí un gemido ahogado como consentimiento y comencé a darle una larga y lenta mamada. Me ...
... gustó la suavidad del glande y sentir lo caliente del tronco en la boca. Apenas me cabía un poco más que la cabeza de la verga en la boca, y me ahogaba cuando él me la empujaba hasta la garganta. Los vellos del pubis negros, rizados, duros, me hacían cosquillas en la nariz. Y me calentaba sentir los de los huevos en la lengua cuando se los chupaba. Qué dulzura cuando su néctar preliminar comenzó a fluir por la punta de su verga; me concentré con toda intención en chuparle la cabecita, llenandome la boca con su jugo espeso y pegajoso para luego sentirlo resbalar con mi saliva por la garganta. Era la primera vez que lo probaba y me encantó.
El grosor de su verga y el tamaño de la cabecita me llenaban la boca, no podía expresar con palabras el gusto y placer que sentía. Solo lo hacía con los chasquidos de mi lengua y el chapoteo de mis labios sorbiendo mecos, devorando sin tregua su jugosa verga, atragantándome con ella, sin soltar sus enormes bolas. El participaba también en silencio, agradeciendo con gemidos, aportando el manantial de precum que no cesaba de fluir y que yo bebía sediento.
El calor que emanaba de su verga fue aumentando, la sentía cada vez dura y dificil de tragar, pero la chupe más fuerte. El juguito se fue haciendo más espeso y abundante. Me lo tragaba con dificultad y me chorreaba un poco por las comisuras. Luego me la clavó hasta el fondo de la garganta mientras me sujetaba fuerte la cabeza para que no la sacara y yo solo me aferré del tronco y de sus ...