1. Lucrecia


    Fecha: 03/01/2019, Categorías: Transexuales Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    Me encontré con mi amigo Jorge en medio de la calle. Hacía años que no lo veía. Fuimos al bar del Zurdo. Tomando una cerveza, le pregunté:
    
    -¿Cómo te va la vida?
    
    -Enviudé hace cinco años.
    
    -Lo siento.
    
    -No tienes porque sentirlo. Ahora estoy viviendo con mi sobrina.
    
    -No es lo mismo. Una sobrina no te calienta la cama
    
    -Por calentarme la cama me la tiene jurada toda mi familia. Tengo hijos e hijas que, en edad, podrían ser sus padres o sus madres.
    
    -¿Qué edad tiene tu sobrina?
    
    -18 años, y además de sobrina es mi ahijada.
    
    -Tú tienes 67. La diferencia de edad es de casi 40 años.
    
    -Quien me quiera juzgar que se ponga en mis zapatos.
    
    -No seré yo quien te juzgue. Yo también tuve una aventura con una sobrina de mi mujer y, la verdad, si estuviera viudo como tú no sé qué haría. ¿Cómo empezó tu historia con tu sobrina?
    
    -Te la cuento si después me cuentas tú la tuya.
    
    -Hecho.
    
    Jorge, empezó así su historia:
    
    -"Lucrecia llegó a mi chalet de la playa con mi hermano Lucas y mi cuñada Marta. Venían a pasar un mes de vacaciones. Hacía diez años que no la veía y de la niña que recordaba me encontré con una preciosidad de larga melena rubia, grandes ojos verdes, 180 de estatura, tetas generosas, boca con labios carnosos, cintura fina, amplias caderas y un culo redondito y prieto. Al darme dos besos de bienvenida y oler su perfume no pude evitar excitarme.
    
    -¡Cómo has crecido, Lucrecia! -le dije.
    
    -Usted sigue igual, padrino.
    
    -Voy a menos, bonita, al ...
    ... llega a cierta edad, los hombres vamos a menos.
    
    Mi hermano Lucas, que es el menor de los cinco hermanos, sonriendo, me dijo.
    
    -Estás más joven que yo, cabronazo.
    
    Marta estaba a lo suyo:
    
    -¿Cuáles son nuestras habitaciones?
    
    Los llevé a sus habitaciones y se instalaron.
    
    Pero vamos al grano. Llevaban tres semanas de vacaciones y a mi hermano Lucas lo llamaron del trabajo. Tuvo que regresar a su casa y con él volvió Marta. Lucrecia se quedaba una semana más.
    
    -A las 12 de la noche cumplo 18 años, padrino, y me quedé sin el regalo -me dijo Lucrecia, sentados en dos sillones de la sala de estar.
    
    -¿Qué te iban a regalar tus padres? -le pregunté.
    
    -Maquillaje.
    
    -¡¿Y ese es un regalo para una chica que cumple 18 años?!
    
    -Algo es algo. Están más tiesos que la mojama.
    
    -¿Mi hermano anda mal de dinero?
    
    -¿Por qué se cree que venimos aquí de vacaciones?
    
    -¿Qué te gustaría que te regalaran?
    
    -Un coche. Carnet de conducir ya tengo.
    
    -¿Qué clase de coche?
    
    -Uno que ande.
    
    -Hablando de andar. Voy a dar un paseo.
    
    -Y yo me voy a la playa.
    
    Volví a casa a las once y media de la noche. Las luces del chalet estaban apagadas. Lucrecia no debía haber llegado. Encendí la luz de la entrada, la del salón y me fui a la ducha. Me vino a la cabeza Lucrecia. Cerré los ojos. La imaginé desnuda. Empecé a masturbarme. La cortina de la ducha la dejara sin correr. Hablando de correr, me iba a correr cuando Lucrecia entró en el baño y me vio con mi polla en la mano. ...
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