CAMBIÓ OSITO POR OTRO PELUCHE
Fecha: 03/09/2025,
Categorías:
Tabú
Tus Relatos
Autor: Leja, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Pasaron trece años desde la última vez que había sabido algo de la vida de su clienta, la morocha del pelo enrulado. Fue una noche, en la que un mensaje lo sacó de su rutina:
-Hola ¿Cómo estás? ¿Seguís chongueando? Jajjajjaj
Era la única que le hablaba así, lo extraño fue la cantidad de años que habían pasado. Al parecer, eso, lo del tiempo, no tuvo relación alguna contra su carácter.
Mi respuesta fue sincera y con aire de sorpresa, lo cual ella, aceptó.
-¿Vendrías a mi casa esta noche?… misma dire. Tengo ganas de verte.
Cuando llegué a su casa, para mi sorpresa, de vuelta, Fabiana estaba igual a hacía trece años. Salió a abrirme el portón y me encaró directo a la boca. Me tranzó largo, dulce y con mucho amor, y calentura. Su mano, fue a dar a mi bragueta. Sin rodeos.
-Estoy sola, vamos a mi pieza.
La casa estaba igual que antes. No le había agregado una habitación, ni sacado absolutamente nada de lo que había antes. Sólo la tele era distinta y pude ver que su hijita, ahora, supuse, mayor, vivía aún con ella. Su cama estaba al lado de la de ella, pero era más grande y con otras mantas.
Me estaba practicando sexo oral en un ataque de calentura inusitada. No habíamos calentado el ambiente con alguna charla hot por el celu, se ve que sus recuerdos de mí, eran muy vívidos. La fellatio que me estaba pegando era tan caliente, que mi pija se puso grande de toque. Memorias de la piel, supongo.
Yo con la cabeza para atrás, sobre el respaldo de la silla, y ella, entre mis ...
... piernas devorando mi pija. Fabiana de espaldas a la puerta de entrada, yo mirando directamente por la pequeña ventana por la cual, llegaba a visualizar el portón de entrada a unos veinte metros de la casa.
Mientras me chupaba, gemía, hacía ruidos con la saliva y mi pija, me decía cosas. La estaba pasando tan tremendo que no vio lo que yo sí. Sólo que por morbo, no le avisé que había entrado su hija y se dirigía directo a la casa.
Sandra, apenas me vio, notó algo raro. Y se frenó en seco en el pequeño patio de la casa materna. La vi, me saludó, para mi asombro o me había conocido luego de tantos años o su madre era habitué de hacer este tipo de cosas con otros hombres. Entonces, Sandra, que escondida en el breve patio, me vio y sobre todo vio a su mamá gozando de mi pija. Pude observar como la niña, que ya no era tal, se llevaba un dedo a la boca y lo lamía, y como con la otra mano se acariciaba la entrepierna. Al principio sus caricias eran muy lentas, pero a medida que la madre bajaba y subía la cabeza por lo largo de mi pija, la señorita, más rápido se masturbaba. La miro y sin que Fabiana, lo notara, le hizo un gesto con la mano para que la niña se supiera vista y se metiera más los dedos en su vagina.
Fabiana estaba desaforada, me hacía un sexo oral que enamoraba y viendo a la hija en el patio, mi calentura era total.
Luego, Fabiana, se subió encima de mi introduciendose toda la pija en su vagina súper mojada. Sandra, en el patio, miraba todo y se seguía masturbando. ...