Aburridas
Fecha: 10/08/2017,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: XAVIA, Fuente: CuentoRelatos
... guapas, cuando queráis repetir, ya sabéis dónde encontrarme fue su despedida cuando hubo bajado del coche.
-No entiendo cómo puedes habérsela chupado a un gordo asqueroso como éste –fue mi pregunta cuando enfilábamos el camino de vuelta a casa.
-De asqueroso nada. Es la polla más sabrosa que me he comido nunca. –La miré sorprendida, definitivamente había perdido el juicio. –En serio. Sabía superbién. A polla, evidentemente, pero no desprendía aquel olor agrio, medio sucio de algunas. -¡Qué asco! Pensé. –Y el semen sabía dulzón. Tendría que haberle preguntado qué ha comido hoy.
***
A las dos semanas volvíamos a estar en danza. Varias veces la avisé de que se estaba precipitando, que estaba yendo demasiado lejos, pues una cosa era probar una fantasía y ponerla en práctica y otra bien distinta, aficionarse a un juego peligroso.
Pero no quiso escucharme. Definía las dos experiencias como las más placenteras de su vida, exageras, objeté, pero allí estábamos de nuevo, aparcadas delante del Ikea de Badalona un miércoles a las once de la noche esperando al propietario de un pene muy blanco, de pelo rubio, que Bibi mostraba anhelante en la pantalla de su Smartphone. Por primera vez en su vida, mi amiga había llegado primero a una cita.
A los diez minutos apareció una moto negra de gran cilindrada que se dirigió directamente a nuestro coche. Aparcó a nuestro lado y al quitarse el casco asomó un joven rubio, de pelo cortado a cepillo que era francamente guapo. Dudo ...
... que tuviera más de veinte años.
Hechas las presentaciones de rigor, entró en el Mercedes. Su juventud, sin duda, le llevó a comportarse de modo impetuoso. No esperó a que Bibi se anudara el cabello, desconocedor de que era uno de los pasos de la puesta en escena de la mujer. Se bajó el pantalón y el slip y se lanzó a sobar los pechos de mi amiga con ansiedad, tratando de desvestir la camiseta Vogue que los cubría. Ésta le detuvo, pidiéndole calma, pero estaba claro que él quería imponer sus reglas.
Afortunadamente para ambas, el crío aguantó muy poco, pues llegó a ponerse realmente desagradable con su insistencia en desnudarla. La verdad es que por un momento temí que la cosa acabara mal.
-Cerdo asqueroso –sentenció Bibi cuando ya estábamos solas en el coche. Asentí, confirmándole que había sufrido por ella. –Para colmo la tenía sucia. Sabía a orines. Quién lo diría con lo guapo que era.
La mala experiencia con el Príncipe Rubio, así se hacía llamar, atemperó las ansias de mi amiga que pareció aparcar el juego una temporada. Que llegara agosto y marchara a Creta y Tanzania ella, a Nueva Zelanda y Australia yo, también supuso unimpasse.
***
La vuelta al cole, que era como irónicamente nos referíamos al mes de septiembre por razones obvias, nos tuvo ocupadas con varios actos públicos en representación de una organización benéfica con la que colaborábamos varias socias del club, así como con el inicio del curso escolar que también nos daba más trabajo del que ...