Aburridas
Fecha: 10/08/2017,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: XAVIA, Fuente: CuentoRelatos
... solíamos tener durante el resto del año.
Así que el tema no volvió a surgir hasta mediados de octubre. Aunque debo reconocer que las tres experiencias vividas, sobre todo las dos primeras, habían hecho mella en mí mejorando mi vida de pareja, lo concebía como un juego superado. Una travesura en la que había participado no activamente que estaba en mis recuerdos y que me había permitido incorporar nuevas sensaciones a mi sexualidad.
Así que cuando Bibi me tendió el teléfono para mostrarme varias fotos mientras estábamos tomando una copa de vino blanco en la terraza del club, no entendí a qué se refería hasta que vi la primera imagen orgullosamente obscena. Oscura, imponente, provocativa. ¿Otra vez estás con eso? Su respuesta fue mostrarme tres imágenes más de otros tantos candidatos.
-Mañana jueves salimos juntas a cenar y como postre…
-Bibi, después de la última experiencia pensaba que lo habías dejado. Pasamos un mal rato.
-No tan malo, solamente si lo comparas con las dos anteriores que fueron la leche. –Rió a carcajadas por la metáfora con segundas utilizada. Negué con la cabeza, no tienes remedio, así que insistió: -No te imaginas cuánto lo echo de menos. Estos meses, para poder chupársela a Carlos, para excitarme, necesitaba pensar en ellos, en que estaba en el coche haciéndoselo a ellos, a cualquiera de los tres.
-Estás enferma.
De las cuatro fotos que me mostró, la elegida fue la segunda. Según afirmaba el anunciante, medía 30 centímetros. A ...
... saber, pero a Bibi la excitaba el mero hecho de tragarse el pene más grande de su vida. Ella utilizaba otra palabra que rima con olla.
A mí me agradó que su alias fuera Caballero, después de decenas de usuarios autodenominados con los epítetos más soeces que una pueda escuchar. No esperaba que lo fuera en el significado estricto del término, claro, pero tal vez, pensé, sea algo más que un miembro a un cuerpo pegado. En ese momento no era consciente de cuánto significaría para mí.
Esta vez el encuentro se produjo en pleno corazón de Montjuic, la pequeña pero emblemática montaña que limita la ciudad por el sur y que suele estar frecuentada por deportistas y familias de día, por amantes furtivos en coche cuando oscurece. Que el punto de encuentro fuera algo rebuscado y que tuviéramos que utilizar el navegador del teléfono, mostrándonos la ubicación donde aguardaba, para llegar a encontrarnos, no me tranquilizó lo más mínimo.
Nos esperaba en un Audi A6 antiguo. Era mayor que nosotras, unos diez años más le eché, tenía bigote y se peinaba el abundante cabello negro hacia un lado. Aunque Bibi quiso llevar la voz cantante como las otras veces, el hombre no se lo permitió.
-Si tú eres Dama Aburrida, ¿quién eres tú? –preguntó imperativo mirándome de pie apoyado en su coche.
-Soy la amiga que la acompaña pero no participo.
-Ya veo. –Me desnudaba con la mirada. –¿Y si quiero que participes?
Negué. Afortunadamente Bibi salió al rescate, ella sólo mira, para preguntar ...