Mi viaje a Paraná
Fecha: 10/08/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Detomastina, Fuente: CuentoRelatos
Hacía mucho que no viajaba en colectivo de larga distancia, y para colmo este viaje me cortaba el maravilloso fin de semana que esperaba con mi nietito, pero a veces las cosas salen mejor cuando no están tan planificadas.
El domingo después de votar, tuve que partir a Paraná, el servicio que elegí era el de coche cama, ya que el viaje es largo y realmente no quería quedarme mucho, la idea era llegar a la mañana del lunes y terminar los tramites y volver a casa lo más pronto posible.
Me subí al colectivo cayendo la tarde y por lo imprevisto del viaje lo que quedaba era un asiento de 2… Tuve suerte, me acomode del lado de la ventanilla pensando que sería un viaje largo y aburrido, estaba sin compañía.
Llegando a la primera parada tengo la mejor de las suertes, suben más pasajeros y a mí me toca un compañero de unos 30 y pico de años. Ya se notaba la oscuridad de la noche y que al poco tiempo servirían la cena.
Yo por supuesto, siempre que viajo me visto para la ocasión, mi minifalda de jeans con cierre al frente, mi blusa, también con cierre, muy escotada y mis medias bucaneras de lycra.
Durante la cena todo fue muy cordial y al terminar proyectaron una película, al estar sentada casi al final del colectivo, le pregunte si no le molestaba que encendiera la luz para leer algo, ya que no tenía ganas de mirar la película, a lo que respondió que no tenía problema.
Como no puedo con mi genio, saque una fotonovela erótica y una historieta erótica, él miraba de reojo ...
... lo que yo estaba leyendo e inmediatamente se dio cuenta de lo que vendría cuando se apagaran los televisores.
Así fue que ni lerdo ni perezoso, ya en plena oscuridad cerramos las cortinas que “permiten descansar”, levante el apoyabrazos que separa los asientos y fingí desear dormir, para apoyar mi cabeza en su hombro y acercar mi mano a su muslo, él me dejo ir y apoyo su mano en mi muslo y comenzó a acariciarlo.
Subí mi mano y la apoye en su bulto que ya se sentía grande, sin hablarnos comencé a bajar el cierre y desprendí su jeans buscando ese oscuro deseo, él metió mano a mis tetas y las apretó fuertemente, me incorpore y me saque el brasier para que tuviéramos libertad de gozar.
En la mínima privacidad de la oscuridad y de las cortinas del colectivo saque su pene y lo comencé a pajear, abrí mis piernas y el metió sus dedos e hizo lo mismo, ambos estábamos muy calientes y lubricados, saque de mi bolso un preservativo, (que siempre llevo por casos de emergencia) y lo coloque en la cabeza de su pijota para bajarlo con mi boca.
Sus dedos entraban y salían de mi conchita y buscaban meterse en mi colita también, me hacía estremecer porque a veces apretaba mi clítoris muy fuertemente y sentía el placer del dolor, yo le pajeaba la pija que ya estaba palpitando, ambos no dábamos más de la calentura.
Con el morbo de que alguien nos escuchara o viera, nos pusimos de costado para que probara una entrada por atrás a mi conchita, fue hermoso, el momento que fui sintiendo ...