Josy Prostituta. El primo le rompe el culo. Parte 3
Fecha: 06/01/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos
... un sonido ahogado por la angustia de dejarse morir dentro mío, sentía el chorro espeso y caliente de sus mecos. Más apretado, más metido dentro de mí, más y más de todo, me hace sentir sensaciones encontradas, el placer de ser parte de su goce y el dolor lacerante de la dilatación que me hace temblar como una hoja en el viento. Cuando desenchufó su vergota, sentí ese vacío inexplicable, el alivio de lacerante y pertinaz asedio, este cabrón me había roto el orto.
—¡Pinche cabrona, estás llorando!
—Sí… -no pude decir más que eso.
Me tocaba el culo que seguía disparando las flatulencias propias del bombeo, sentía en la mano la textura de su semen con algún tono rosado de algún desgarro por la brutal desvirgada. Mis lágrimas honraban su hombría, galardón al macho cojudo. Había sentido el poder del hombre que había pagado por mi sexo.
—Deja de tocarte, ahora límpiame la verga, lame los mecos que se quedaron en ella. Anda ve y lávate ese culo roto y vuelve con tu señor.
Cuando retorné, lo encontré dormido, me alegró tanto que estuviera en ese letargo, necesitaba una pausa, ordenar mis sensaciones y acomodar mis dolores de este pinche cabrón.
No tengo idea cuánto duro el descanso del guerreo, pero me quede velando su sueño, acurrucada esperando que volviera a necesitarme.
Al despertarse me encontró pegado a su cuerpo, esperando para lo que ordene y mande. Me hizo girar, quería probarme en el 69. Me llenó la boca con su verga, y me hizo una comida de concha ...
... de antología, me vine como tres veces, seguidas. Tiene una lengua activa, que sabe mover como nadie, podía sentir su lengua recorrer todos los rincones de mi cueva, mientras los dedos, también gordotes, introducidos en el maltrecho culito giran, entrando y saliendo al compás de la chupada de concha.
Cuando terminé de venirme en su boca, me sacó de encima, bajó de la cama y me la puso en la boca para mamársela.
Comenzó a coger mi boca, aprisionada la cabeza con sus manos, comenzó a mover la pelvis, se movía como si fuera mi vagina, los latidos de la pija se repiten, el movimiento convulsivo anuncia el final feliz.
—Ahhh. Ahhhh. ¡No lo tragues! – me quería mirando a sus ojos, mientras termina de fluir el semen. –Abre la boca, muéstrale a tu maridito la enlechada. -Espero que mire su leche antes de tragar. – Lame esto último. Me da el último atisbo de semen salido del glande.
Me lleva a la ducha, me hace lavarlo, que lo seque y le de unas últimas mamadas a su pija.
Volvimos a la sala, unos tacos y cerveza para terminar esta lección tan intensamente vivida, yo siempre desnudita entre ellos.
—Pórtate bien en mi ausencia, mientras estés aprendiendo eres solo para mi uso personal, no tienes permitido coger, solo puedes masturbarte. Debo cumplir algunos compromisos en tres o cuatro días voy a estar para terminar con estas lecciones. Ahora aquí tienes tu pago.
Un peso fue la paga del primer cliente que hizo uso y abuso de mis carnitas. No me puedo quejar, puedo ...