Debajo del puente Gral. Belgrano (Chaco-Corrientes, Argentina)
Fecha: 06/01/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: angelesgrises, Fuente: CuentoRelatos
... si sintiéramos las miradas sobre nuestra acción. No tardó en acabar nuevamente. Pero esta vez, sin preocuparse en absoluto y sin siquiera pensar en levantarse de donde estaba, al recobrar el aliento, comenzó nuevamente con su ritmo frenético. Sentía como su conchita succionaba mi pija y la tenía a punto de explotar en su interior. Tardamos unos pocos instantes más antes de llegar prácticamente juntos a un orgasmo que estalló en nuestros cuerpos y nos dejó calmos por unos instantes.
Sin movernos de donde estábamos, estiró su mano hasta su cartera y sacó de la misma un rollo de papel higiénico que había traído para la ocasión. Levantó una de sus piernas y lentamente retiró mi pija de su interior y se limpió la vagina con el mismo.
Se sentó a mi lado, nos miramos, sonreímos y nos pusimos a ver que sucedía a nuestro alrededor.
Lo que vimos fueron retratos en movimiento imposibles de olvidar, de ahí la decisión de escribir este relato, justamente para compartir con los lectores. Imágenes en la penumbra de parejas cogiendo por doquier. Mientras nos acomodábamos a la escasa visión del lugar veíamos una pareja cogiendo en la camioneta que estaba a nuestro lado, otra en un Fiat 128 que estaba a nuestra izquierda, y así otras más que serían interminable mencionarlas, lo que sí vale destacar es que en prácticamente todos los casos, se veía a chicas cabalgando sobre sus respectivos hombres.
Nosotros, por nuestro lado empezamos a levantar temperatura nuevamente. Empecé a ...
... acariciar su conchita llena de jugos, mientras ella me hacía una rica pajita primero y después se agachó y me la empezó a chupar.
Es importante mencionar que en todo ese tiempo había aprendido a hacerlo en forma excelente y que estaba llevándome una vez más al placer total. Por tal motivo decidí cambiar el rumbo de los hechos. Me levanté, la levanté y la senté con las piernas abiertas, apoyé las rodillas en el piso del auto y con un movimiento certero la penetré de un solo envión, provocándole un profundo suspiro. Seguidamente, mientras desabotonaba su blusa, le desprendía y le corría el corpiño hacia arriba, y le chupaba sus pequeñas y sabrosisimas tetas, comencé un vaivén frenético que la hacía jadear, dar ahogados gritos y exclamar cosas inentendibles.
Luego de largos minutos, nuevamente la levante y la puse en cuatro sobre el asiento y desde atrás empecé a bombearla con gran fuerza, provocando los clásicos chasquidos que se producen al chocar las pieles en el más profundo éxtasis de la situación.
Estimulado por una larga semana de fantasías, por imágenes de personas cogiendo por todos lados en la penumbra de nuestro alrededor, por los intensos suspiros y gritos que ella pegaba y por tener una adorable y perfecta cola en mis manos, le comenté que sentía que estaba a punto de explotar.
Como pudo giro su mirada hacia mí y con gran firmeza me miraba y podía ver en placer dibujado en su rostro, lo que aumentó increíblemente mi calentura, por lo que aumente el ritmo y ...