Otro domingo gris
Fecha: 11/08/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos
... supuesto, apoyaba su pene precoz sobre las tremendas nalgas de la seño. Esto me volvía loco, y más de una vez, pensé en ir a visitarla, en el otro turno, y emular a ese otro alumno. Pero nunca me animé. Y ahora, después de casi dos décadas, todavía me pregunto si acaso la seño Miriam no sería una pedófila que le gustaba acostarse con sus alumnos. A veces, fantaseo con que soy yo de nuevo, a mis doce años, pero con la mentalidad de ahora, y entonces sí, logro encontrar la manera de estar a solas con ella, y dejar que ella abuse de mí.
Pero cuando chico sólo tenía mis fantasías. Recuerdo que en ese momento no me interesaba tanto la idea de la penetración, ni tampoco la del sexo oral (probablemente porque no sabía que existía). Las imágenes que más rondaban por mi cabeza consistían en tener a Miriam, desnuda, parada, y con las piernas abiertas. Y entonces yo me arrodillaba y empezaba a saborearla, chupándola y mordiéndola, empezando por las piernas, y deteniéndome especialmente en el culo. Porque ese culo necesitaría un tratamiento especial, porque era grande, y redondo, y bien paradito, mejor que el de cualquier pendeja de dieciocho años.
Una tarde, estaba pensando en estas cosas, mientras mis hermanos jugaban a los videojuegos. Estuve erecto mucho tiempo, quizás horas. Todavía no tenía la costumbre de masturbarme, por lo que alargué la fantasía, sin percatarme de que algo necesitaba ser expulsado. Creí que algo andaba mal en mí, porque empecé a temblar. Entonces fui al ...
... baño, y cuando me bajé los pantalones descubrí el calzoncillo mojado, y pegajoso. Descubrí el semen.
Fue tan importante esa mujer en mi vida sexual, que incluso perdí el hilo de lo que venía contando.
En fin. La cuestión es que en un momento empecé a leer cuentos eróticos, y entonces me percaté de que mis dos pasiones, la escritura y la pornografía podían convivir juntas.
La mayoría de las páginas de relatos pornográficos no me gustaban, ya sea por su diseño, o por la pésima calidad de los cuentos (aunque tampoco conozco tantas). Pero cuando encontré Cuentorelatos me di cuenta de que era la página ideal, porque había cantidad de escritores buenos, que se esmeraban por pasmar sus pervertidas fantasías de la mejor manera posible. También me gusta mucho que se pueda interactuar con los lectores y los demás autores. En fin, ahí fue cuando empecé a dedicarle más tiempo a mis cuentos pornográficos. Tal es así, que el año pasado casi no escribí otro tipo de cuentos.
Se podría decir que mis cuentos, en general, son ficticios. Aunque todos están basados, al menos en parte, en hechos reales, y en personas reales.
Mi personaje preferido es Ana, a quien le dediqué una serie de relatos que nunca concluí, y probablemente jamás lo haga.
Ana es una ex amante que tuve hace un par de años, y el personaje de mis cuentos está basado en ella a tal punto, que lleva su mismo nombre. Su personalidad autodestructiva, su autoestima baja, su incapacidad para decir no, su deslumbrante ...