1. Trío de intenso amor y deseo: Mi nueva esposa, mi hija y yo.


    Fecha: 11/08/2017, Categorías: Incesto Autor: lovelittlegirls, Fuente: SexoSinTabues

    Era un viernes lluvioso, me había citado Lucy en el mismo café donde le pedí matrimonio tres meses atrás. Mientras la esperaba mi mente recordaba lo que había ocurrido luego que Lucy aceptara mi propuesta y que ahora no sabía si cambiaría de opinión. Me llamo Víctor, tengo 40 años. A los 28 años me casé con Rosa, mi primera esposa, tuvimos una hija y vivíamos una vida que aún considero era perfecta. De la noche a la mañana todo cambio cuando Rosa muere en un accidente automovilístico y con apenas 36 años quedo viudo; Caí en una profunda depresión que no habría logrado superar de no ser por mi hija Carol, que con apenas 7 años fue mi soporte, nos refugiamos en el amor que sentimos uno por el otro y fue tan intenso que luego de un par de años todo terminó en una relación de incesto. Cuando Lucy apareció en mi vida ya había tenido varios intentos de relaciones, todas fracasaron por el mismo motivo: Carol. Con Lucy fue distinto, supo ganarse el cariño de mi hija quien al igual que las anteriores, sus celos la llevaban a hacerles la vida imposible. Lucy comenzó a quedarse en casa con mayor frecuencia y por precaución evitamos hacer cualquier cosa que pudiera delatarnos, pero fue inevitable que mi futura esposa se enterara que padre e hija éramos amantes. Días atrás íbamos en mi auto y Lucy me pide usar mi teléfono ya que se había quedado sin batería, justo cuando lo toma llega un mensaje y lo lee sin querer. Notablemente molesta me dice: ¿Por qué tienes un número registrado sólo ...
    ... la letra “C”? Me lanza el teléfono gritando que detenga el auto y al bajarse sale corriendo. El mensaje era de Carol: “Acabo de sentir rico tocándome y recordando lo que me hiciste en el cine”. Luego de mucho insistir, Lucy aceptó vernos para explicarle aquel mensaje. Mojada por la lluvia, mi futura esposa llega la cita, sin mirarme y con un frío saludo se sienta; luego de un breve pero tenso silencio y con un tono mucho más frío que su saludo me dice: Sin rodeos, ve al grano. Al escuchar eso, desecho el discurso que había practicado, busco mi teléfono, marco un número y alcanzándoselo le digo: habla con “C”. Impaciente espera y la dureza de su rostro cambia a asombro cuando escucha la voz de Carol y cuelga la llamada. Mirándola calmado le digo: ¿Quieres una explicación? Si decides levantarte de la mesa y sacarme de tu vida, lo entenderé. Lucy pide un ron doble y mientras lo espera sólo me mira en silencio, enciende un cigarrillo cuando es servida, de un trago se toma el ron y arrugando la cara balbucea: ¿Me estás diciendo que aquel mensaje, tu hija, Carol, se masturbó recordando lo que “le hiciste” en el cine? Pide otro ron doble y cruza los brazos en la mesa, un gesto que hace cuando quiere entender algo que considera mentira. Yo pido una cerveza y decido contarle. - Tus ojos me miran como si fuera un monstruo y lo entiendo; lo que escucharás te lo diré con el corazón en la mano y lo más sincero que pueda. Sí, lo que leíste es cierto, y se debe a que Carol y yo tenemos una ...
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