1. Trío de intenso amor y deseo: Mi nueva esposa, mi hija y yo.


    Fecha: 11/08/2017, Categorías: Incesto Autor: lovelittlegirls, Fuente: SexoSinTabues

    ... relación secreta, te pido que no te predispongas a señalarme de aberrado o pederasta; esto va mucho más allá de un hombre que tiene sexo con una niña, aunque sea complicado entenderlo. Al quedar viudo y ella sin madre, nos refugiamos uno en el otro tratando de superar lo ocurrido, sin darme cuenta el amor hacia Carol lo usé como cura y terminó desarrollándole lo que se conoce como complejo electra. Ella tenía 7 años cuando ocurrió el accidente y a los 9 ya teníamos un intenso y bonito romance. Por mucho tiempo sólo fue amor hasta que ocurrieron dos cosas que nos llevaron al plano sexual. Desde el día que llegamos del cementerio hasta hoy, Carol duerme en mi cama, lo que al principio era buscando consuelo se transformó en rutina; cada mañana la despertaba con un beso en la mejilla y un día despertó justo antes y al girar hacia mí el beso terminó en sus labios. Por semanas luché contra confusos pensamientos producidos por lo que sentí con aquel beso; estaba confundido al no saber claramente si aquel noviazgo había dado paso a sentirme sexualmente atraído por mi hija, hasta que todo se definió una noche cuando fui a buscarla a su cuarto y la encuentro totalmente desnuda mirándose en el espejo. Sin que ella notara mi presencia, tuve el tiempo suficiente para contemplarla de pies a cabeza, era lo más hermoso que había visto en mi vida; me alejé antes que mi hermosa hija notara que la saboreaba con mis ojos y al sentarme en el sofá para calmarme viendo tv, me di cuenta que ...
    ... tenía una erección. Esa misma noche no pude resistir y me masturbé mirando a mi hija durmiendo a mi lado. La escena se repitió diariamente hasta que una tarde en el automóvil cuando volvíamos de sus clases de gimnasia, ella de copiloto y de reojo miraba cómo su traje de gimnasia marcaba su abultada vaginita, mi hija cierra las piernas y sin titubear me dice: ¿puedes dejar de mirarme ahí? No cruzamos palabra alguna hasta llegar a casa, cenamos y vimos tv en total silencio, ella se va a la cama y, como todas las noches, espero para masturbarme mirándola dormida. A la mañana siguiente despierto y Carol sentada a mi lado miraba fijamente mi entrepierna, tenía una erección involuntaria. Con total serenidad mi hija me dice: quiero ver lo que haces en las noches cuando duermo y antes de que yo respondiera, firme y decidida aclara que no lo niegue porque me ha visto. No era la primera vez que teníamos discusiones cual marido y mujer, como pude logro dominar la situación y ella al verse sin posibilidades, se sonroja y con mirada tierna susurra: si me muestras, yo te muestro algo que no sabes, acto seguido toma una almohada y colocándola entre sus piernas comprendo que mi amada Carol me ofrecía masturbarnos uno frente al otro. No sé en qué momento lo hice, pero cuando caigo en cuenta tenía mi pene en la mano, palpitando cual tren de vapor descontrolado. Mirándome fijamente y saltando por momentos a ver mi pene, con gesto de esperar una respuesta; acepto su propuesta agregando que nos ...