Luna de miel con mamá
Fecha: 13/01/2019,
Categorías:
Sexo Oral
Autor: Crusnik, Fuente: CuentoRelatos
... cenar. Al terminar perdió un poco el equilibrio, Iván se le acercó y le cogió de la cintura y apoyó su cuerpo sobre el suyo. Sintió sus pechos y el olor del perfume mezclando con el sudor, el cálido aliento de ella en el cuello de él. Intentó retirarse sin brusquedad, su pene había reaccionado al contacto de su cuerpo y no quería que lo notase. Se pasó todo el trayecto agarrada y apoyada en su brazo mientras no paraba de hablar. La llevó a la cama y la ayudó a quitarse los zapatos. Pudo ver sus piernas contorneadas y bien formadas. Se percató que por la caída se había hecho unos moretones, por lo que empezó a frotarla despacio con un ungüento.
Al levantar un tanto el vestido se percató de la maraña de pelos de su madre. Al parecer se había empapado su ropa interior y no tenía un repuesto. En ese momento Iván se excitó y empezó a besarla desde sus pies a sus caderas mientras con sus manos apartaba las telas de su vestido. Ella seguía con los ojos cerrados mientras le acariciaba el muslo, los movimientos de la mano eran cada vez más atrevidos e iba subiendo por las ingles. Pasó los dedos por la ingle, abrió un poco las piernas dando vía libre, le tocó la rajita sobre la tela pasando la yema de los dedos mientras su respiración se hacía más evidente. Retiró la tela a un lado y pudo ver su rajita dilatada y húmeda, le abrió los labios fijando mi mirada en la profundidad del sexo y el clítoris que resaltaba brillante, su dedo se deslizaba con suavidad provocando gestos de ...
... placer. Soltó el primer gemido reprimido cuando jugó con su pequeño botón, le puso la palma de la mano sobre el sexo provocando otro gemido.
Se abrió de piernas, le metió el dedo y le empezó a masturbarla, deslizando el de dedo por todo el sexo mientras ella seguía inmóvil agarrada a la colcha y con los labios apretados intentando no hacer ruido, pero el placer que sentía era imposible de disimular. Optó por ponerse la almohada en la cara para ahogar los gemidos, entonces fue cuando se relajó y movía la pelvis cada vez que notaba sus dedos en su agujerito. Tensó el cuerpo mientras se corría y unos gritos ahogados por la almohada llegaban a sus oídos.
Los besos de Iván eran tiernos y pausados. La abstinencia de Carmen había reprimido el fuego que estaba dentro de ella. Se quitó la almohada de la cara y pudo ver su cara de incredulidad por lo que había pasado, pero no dijo nada quedo pensativa mirando al techo.
—Detente, por favor. —Dijo Carmen con voz jadeante y respiración cada vez más agitada— No está bien soy tu madre.
Iván seguía besando las piernas de su progenitora, mientras acariciaba sus caderas con sus manos. Luego levantó el vestido de su madre hasta la altura de su ombligo dejando ver su araña peluda a la cual besó y chupó sin miramientos.
La respiración de Carmen se aceleró, su pecho subía y bajaba de manera rítmica, había puesto los ojos en blanco. Ella amaba con deseo a su hijo, quien la cuidaba y siempre estuvo a su lado, apoyándola en todo momento, ...