1. Negación - Capítulo 4


    Fecha: 14/01/2019, Categorías: Incesto Autor: Gonza-Neg, Fuente: CuentoRelatos

    ... los poros, y si estos novatos pensaban que “El Cementerio” era un buen apodo, no habían visto nada. Notaron mi humor, y ni siquiera se quejaron cuando fui repartiendo los exámenes en sus pupitres, y controlé el tiempo en forma tan estricta. Disfrute el temor que inspiraba. En el fondo me sentía culpable. Estaba desquitando mi frustración en ellos.
    
    Cuando dieron las once con treinta minutos, despaché al segundo grupo y me fui al baño. Lave mi cara mientras me miraba al espejo, estaba nervioso. Entre a uno de los cubículos y me senté. Tomé el celular entre las manos, no cría lo que estaba a punto de hacer. Escribí el primer mensaje.
    
    Necesito verte, hoy en el bar a las 22:00 hrs. Iré con Miguel.
    
    Se lo envíe a Claudia, rogando que un poco de la compasión que existía en ella se apiadara de mí y me ayudara. Ella era fundamental en lo que planeaba hacer. Si de verdad me amaba iba a comprender, y es más, estaba seguro que se alegraría que estuviera a un paso de deshacerme de él. – Aunque sea de ésta forma – pensé. Esperé ansioso su respuesta, y como siempre, no defraudaba. Diablos, amaba a esta mujer.
    
    OK.
    
    Sonreí por primera vez en el día. Teniendo a Claudia como aliada, podía enfrentarme a cualquier cosa, con su ayuda, la propuesta de él, no tendría el sentido que deseaba, si quería hacerme sentir dolor, yo tenía la forma como impedirlo. Ahora, con respecto al uso del preservativo… eso iba a tener que ocultárselo a Claudia, por el momento al menos. Nunca me ...
    ... dejaría hacerlo si se enteraba, y entre mis dos opciones, ésta era la mejor. Me enfrenté de nuevo al celular, y tecleé.
    
    Trato.
    
    Presioné enviar, y sentí el peso del cielo caer en mis hombros. Yo era Atlas y mi condena podía hundirme bajo la tierra en cualquier momento. Pero yo tenía la fuerza para hacerlo, y cuando todo terminara, la libertad retornaría. El teléfono vibró.
    
    Bien. Espera instrucciones. Perra.
    
    Suspire. Este maldito podía sacar lo peor de mí con una sola palabra, pero no me dejaría amedrentar. Deje de lado el teléfono, esperando que no me vencieran los deseos de responderle con alguna frase que probablemente lo alteraría, y terminaría armando un lio con el que no estaba dispuesto a lidiar hoy. Me quedé unos minutos más ahí pensando.
    
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    Me arreglaba para salir. Durante la tarde llamé a Brawny, le dije con palabras que le resultaron bastante cómicas, por la forma en la que me trató, que hoy quería emborracharme. Después de escuchar sus burlas por cinco minutos, decidimos que lo mejor era que él pasara a recogerme a casa, se quejó por supuesto, decía que le arruinaría la fiesta, pero conociéndolo como lo hacía, no me extrañaba pensar que me enviaría de vuelta a casa solo y alcoholizado en el primer taxi que encontrara.
    
    El resto de la tarde transcurrió con normalidad, cuando logré volver a mi centro, salí del baño. Almorcé, y comí como viviéramos el apocalipsis y el mundo tuviera sus horas contadas. Con los siguientes dos grupos me sentí un poco ...
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