1. El día que cambió mi vida matrimonial.


    Fecha: 15/01/2019, Categorías: Infidelidad Autor: iccs, Fuente: SexoSinTabues

    Sucedió un día como cualquiera en mi vida, mi esposa y yo fuimos al banco a pagar unas cuentas; como siempre me quede atrás esperando mientras Mireya (mi esposa) se acercaba a la fila para hacer los depósitos que debíamos hacer. Desde el principio me percaté que un tipo muy desfachatado la miró con ojos llenos de lascivia desde que ella entró, clavandole los ojos en la parte frontal del pantalón. Luego mientras caminaba y sin quitarle la mirada, le miraba a placer los senos, su cara y su figura que resaltaba bajo su blusa y su pantalón. Me dio mucho coraje ver esto pero en lugar de hacer algo sólo atiné a seguir mirando. Acto seguido, el le miró fijamente el trasero mientras caminaba y murmurando algo se levantó de su lugar y fue tras ella. Mireya se dio cuenta de todo, pero no hizo absolutamente nada por retirarse de allí. Los dos en la fila avanzaban conforme las personas pasaban a las cajas. Yo seguía mirando, pero no hacía nada y no se porqué. Traté de distraerme con algunos folletos que había en aquella mesilla de enfrente a la salida cuando me percaté que ese tipo empezaba a hablarle a mi esposa, no se de que pero empezaron a platicar muy discretamente. Ella con nerviosismo alardeaba algo, pero a la vez sonreía a lo que el tipo aumentaba su intento de conquista. En alguna ocasión le tomó de las manos pero ella rápidamente las quitaba, supongo que porque estaba yo a lo que ella comentó algo de mí pues con discreción vi que señalaba a algún lugar de donde yo estaba. No ...
    ... pude más y cuando al fin pasó Mireya a la caja, el tipo ese no dejaba de mirarla, de subir su mirada desde los hombros hasta las pantorrillas, de arriba a abajo deteniéndose seguido en sus apretadas nalgas. Aquel tipo la desnudaba con los ojos y herví cuando vi que descaradamente se sobaba su entrepierna. No se como nadie se dio cuenta de esto pero mi paciencia había llegado al límite. Cuando al fin salio lo enfrenté, a lo que el mequetrefe aquel solo hacía muecas de burla y desdén, haciéndose el desentendido. Su sonrisa burlona cambio cuando mi puño derecho se estrelló en su cara y mi pierna en sus muslos. Le dije hasta de lo que se iba a morir y luego tomando a mi esposa nos marchamos de aquel lugar. El coraje me duró todo el día y recuerdo que cuando le reclamé a mi esposa, esta solo me alegaba que no se había dado cuenta de nada y que el fulano solo le había preguntado algunas cosas del banco. Pasaron algunos días, el asunto casi se me había olvidado por completo cuando ese desafortunado día tuve que darme cuenta de algo fatídico para mí. Por asuntos de trabajo pasaba cerca de la casa aquella mañana por lo que decidí pasar y ver a mi mujer al menos un momento. Eran como las 11 de la mañana cuando llegue a las puertas de mi domicilio, saque mi llave y con cuidado abrí. Entre y vi algunas cosas del mandado en la mesa del comedor. Todo normal. Parecía que no había nadie, pero el estéreo de la sala tocaba una suave melodía. Avance hacia adentro de la casa, pase junto al baño y ...
«1234»