1. Ironía por duplicado


    Fecha: 17/01/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: evamaniac, Fuente: RelatosEróticos

    ... mi clítoris hinchado y procedió a frotarlo con insistencia, obligándome a soltar un gemido que proporcionó ánimos a mis dos pajeadores. Los toqueteos sobre la zona más sensible de mi cuerpo iban a desembocar muy pronto en un orgasmo que ambos estaban deseando. Y cuando mis suspiros eran ya muy evidentes, y mis temblores característicos, Tono decidió expresarse en español:
    
    "Córrete, preciosa", me susurró en alto mientras frotaba a toda velocidad mi botón.
    
    "Ya la tienes a punto", confirmó Akim.
    
    Ambos eran muy conscientes de que me estaba corriendo. Me contraje sobre la silla, cerré las piernas de golpe y dejé que el momento me poseyera por sí mismo.
    
    "Síiii, ja ja ja" gritó Tono efusivamente, como si hubiera encontrado oro en un riachuelo.
    
    Entre ambos habían conseguido que descargara toda mi pasión en el interior de mis bragas. No quería ni imaginarme cómo las había dejado, pero Tono no esperó ni un segundo más a descubrirlo. Me las arrancó de un tirón y confirmó que “esas eran para él”. Es decir, otra vez iba a volver a casa con el higo a la fresca. Pero aún no.
    
    Akim me levantó de la silla mientras hablaba con su amigo de nuevo en su propio idioma. Me llevó a una habitación que resultó ser su dormitorio, o el de invitados, porque era austero y de decoración breve. Me sentó en el borde de la cama y estiró mi cuerpo sobre la misma. Enseguida apareció Tono delante de mí. Incorporé mi cabeza y pude comprobar cómo se desnudaba rápidamente de cintura para abajo ...
    ... mostrando su pollón empinado. Sin mediar palabra alguna en castellano levantó mis dos piernas y me ensartó de una sola embestida. Grité de placer y de dolor. No era un miembro tan grande como el de Akim, pero esa forma errática de precipitarse a mis entrañas ofrecía unas sensaciones demasiado ásperas.
    
    “Por Dios Eva, qué caliente estás”, balbuceaba Tono mientras me bombeaba sin compasión.
    
    Akim se había desnudado a mi lado y parecía esperar su turno completamente erecto. Yo me sentía llena, gimiendo de auténtico placer, unos sonidos que, junto al olor a sexo ya invadían toda la estancia. De vez en cuando me proponía ser testigo de los embates de mi follador y, colocando mis dedos en la entrada de mi vagina, palpaba cómo esa tranca entraba y salía de mí a toda velocidad y absolutamente manchada de mi propio flujo. Ya no sentía dolor, ahora era todo pura ansia, auténtico apetito. No tardé en correrme a lo bestia ciñendo a mi empalador mientras soltaba diminutos chorros, que se tornaron en más abundantes cuando Tono salió repentinamente de dentro de mí. Al ser testigo de ese aluvión orgásmico me palmeó varias veces la vulva con la intención de aprovechar mi sensibilidad en mi propio beneficio, salpicando sobre mis muslos el líquido que aún surgía de mi cuerpo.
    
    Akim se estiró boca arriba en la cama y me pidió que me subiera sobre él, que me empalara su miembro perpendicular y que me moviera “como la putita que era”, según sus palabras. Obedecí como una buena “putita”, en ...
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