1. Clases de piano 12 (final)


    Fecha: 20/01/2019, Categorías: Hetero Autor: adalberto1979, Fuente: SexoSinTabues

    ... cristal y agudice la vista, el sol ya aclaraba el día, ahí estaba Rita con Claudita y Esthercita a su lado, cada una tomada de la mano de su madre, traían guardapolvos, los mismos con los que las conocí, abajo se veían sus pijamas, las había levantado con prisa, iban tras de mí para convencerme que me quedara, el tren inicio su marcha anunciada por el silbato, avanzó y vi los rostros de las tres que lloraban mirando cómo me alejaba de ellas para siempre, yo también lloraba, las veía como seguían paradas las tres mirando hacia mí que me alejaba de ellas, las vi cómo fueron haciéndose cada vez más lejanas hasta ser sólo un punto en mi visión, mi corazón latía fuerte, lo sentía roto, una parte de él se quedaba ahí, en san Fernando con Rita y sus hijas, ese les pertenecía, me llevaba mi corazón roto, con los únicos pedazos que pude contener, las perdí de vista y no pude dejar de llorar, jamás volvería, no podía, ella jamás saldría, tampoco podía, era nuestro destino, nos jugó una broma pesada, hiso que nos conociéramos y ahora nos alejaba. Entre lágrimas solo pensé “San Fernando jamás te olvidaré…” *********** 20 años después Abrí los ojos escuchando el sonido de la bomba de infusión que tenía conectada a mí, me infundía dopamina, lo ideal sería la dobutamina, pero era un hospital público y era lo único que había en ese lugar, era lo único que mantenía mi presión estable, metía aire por las puntas nasales, también lo ideal sería tener una mascarilla con reservorio, pero no ...
    ... había. Nunca pude superar lo que viví en san Fernando, mi papá me instaló en la secretaría directamente, nunca le dije porque me había ido, al menos no la verdad, ya no di clases nunca más, no pude, el fantasma de san Fernando me invadía, me perdí en el alcohol y los excesos y estos habían cobrado factura, ahora estaba sólo, huérfano, enfermo terminal y en la vil ruina, no podía pagar un hospital decente, tenía que estar en este que era público y por consiguiente sin muchos recursos, escuche a los médicos que no podrían operar mi corazón por no tener el equipo necesario, así que solo esperaba la muerte, viví demasiadas cosas, me bebí mi botella de vida de un trago y ahora me tocaba decir adiós a este mundo Estaba sólo en mi cama, la enfermera en turno tenía todo el piso a su cargo, ya había conectado la bomba de infusión por lo que no vendría pronto, era mi única visita, la única persona con la entablaba una conversación si es que el preguntar “¿cómo se siente don?” Puede llamársele conversación. Miraba mi monitor cardiaco como hacía brincos en cada latido mío, podía ver la desniveles de la tercera derivación por la isquemia de mi lado izquierdo del corazón, la miraba como si fuera mi programa de televisión favorito, no tenía nada más que ver, en eso entraron dos mujeres vestidas de enfermeras una de ellas cerró la cortina que dividía mi cama, ocultándonos de la vista de los demás ‐ Hola Alejandro Escuche como el monitor pito más rápido al escuchar mi nombre, mi corazón se había ...