Clases de piano 12 (final)
Fecha: 20/01/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: adalberto1979, Fuente: SexoSinTabues
... acaricio la pantaleta por encima de su vagina y fue cuando me percate que abultaba más de lo habitual, Rita emocionada me volteo a ver mientras tocaba el bulto y bajo la pantaleta infantil mostrando una toalla femenina manchada con sangre, abrí mis ojos como platos, era menstruación, su menarquia mostrada frente a mí, Esthercita sonreía mirándome con orgullo ‐ Es su primera menstruación, ya es una mujer completa Decía Rita acariciando la manchada vagina, metió un dedo ante el quejido de su hija y lo saco rojo, se acercó a mí y lo metió a mi boca, nunca antes había probado sangre menstrual, no puedo describir el sabor, no sabía a sangre, sabía más a vagina, cerré mis ojos mientras chupaba el dedo de Rita, los abrí cuando ella lo sacó de mi boca, mis labios quedaron manchados de rojo. ‐ Tal vez sea porque te la coges muy duro y seguido, por tanto que ve o por simple genética, pero ya inicia sus ciclos menstruales, ¿sabes lo que significa? Negué con mi cabeza sin dejar de masturbarme ‐ Que ahora ya la puedes embarazar si quieres, la puedes hacer tu mujer en todos los sentidos Mi pene brinco al escuchar las palabras de Rita, ella lo notó, acercó a su hija a mí y la puso a horcajadas, escupió en su mano y la embarró en mi glande, lo guio a la raja de su hija y Esthercita fue bajando hasta tenerlo todo dentro de ella, la sujete de las nalgas y sentí como ella se movía sensualmente sobre mí, sentí como mi verga resbalaba en su interior, la sentía muy caliente y mojada por la sangre ...
... menstrual. Me levante teniéndola ensartada moviéndome sacando y metiendo mi verga en su sanguinolenta rajita. Rita, desde su posición hincada, vio como Esthercita rodeo mi cintura con sus piernas y se sujetó de mis hombros facilitado mis movimientos, era una posición que ya teníamos más que dominada, Rita acarició mi muslo cuando pase por una lado de ella mientras me cogía a su hija y me dirigía a mi habitación, aun hincada nos miró como nos perdíamos al fondo de la cocina, una lágrima de emoción y orgullo emano de sus ojos, una sonrisa surgió mostrando sus dientes perfectos, cuando escucho los gemidos de Esthercita mientras me la cogía sobre mi cama; se levantó recogiendo la ropa de su hija y tomó la pantaleta que aun traía la toalla mancha de sangre, la olió y lamió y mirando al fondo de la cocina, volvió a sonreír feliz limpiando sus lágrimas, cuando los gemidos de su hija se hicieron gritos de placer. En mí habitación estaba Esthercita acosta boca arriba y yo sobre ella, la tenía sujeta de sus piernas a nivel de sus corvas, eso hacía que pareciera una pequeña rana, tenía los muslos pegados a su abdomen, levantaba más sus piernas y eso hacía que levantar sus cadera y la penetrara muy profundo, Esthercita gemía a grito abierto, no se inhibía de su excitación, le saque el pito y me hinque al lado de cabeza, ella sonriendo entendió y lo llevo a su boca, lo mamó con esmero, sentía como pasaba su lengua extrayendo su propia esencia, la jalé y puse de lado, me puse tras ella y ...