El papá de Chema
Fecha: 21/01/2019,
Categorías:
Transexuales
Autor: PaulinatvCDMX, Fuente: CuentoRelatos
... erección la mantenía tan erguida hacia el frente que era imposible que se postrara sobre mi cara, lo que me facilitó muchisimo el poder degustar libremente de sus gigantescas pelotas. Comencé con su testículo izquierdo, lo lamí y relamí con mucho énfasis, como si fuera una deliciosa bola de helado, y seguidamente me pase a su compañero y los dejé bien baboseados, también les propinaba un delicioso masaje con mis suaves manos, en ocasiones los arañaba suavemente con mis uñas, e intercalaba movimientos con mi boca y con mis manos. Volví a succionar aquellas gigantes pelotas intentando llenarme la boca con ellas y miré a la cara de Don Cuco para ver qué le parecía, me miraba fijamente a los ojos y no ponía cara de que no le gustara, mas bien lo contrario, y continué un poco más con mi juego hasta que alcancé su cetro de poder masculino con mi mano derecha y la cabeza a una altura para poder mamársela de una vez, pero primero fui lamiendo su tronco muy despacio y para arriba para memorizar y saborear sus venas, su olor masculino era fuerte, y estaba impregnado por toda la zona, aunque lejos de molestarme era un olor afrodisíaco para mi, llegué escalando hasta el recorte de su glande y sin más lo hundí en mi boca, abriéndola todo lo que podía, con duras penas me metí solo la cabezota de ese instrumento viril, sabiendo que mi garganta no podría albergar mas que eso, comencé la ardua tarea de succionar como un bebe que ansia acabarse el contenido de su mamila, Don Cuco bufaba ...
... gozandolo de lo lindo, y me decía:
DC- Mirame a los ojos cuando te estés comiendo mi verga zorrita!!
Así que para complacerlo, mientras me esmeraba en mostrarle a este hombre mis mejores habilidades como mamadora, le miraba a los ojos con mi mejor cara de puta viciosa que puedo interpretar, mientras de mi llena boquita se escapaban pequeños gemidos que ayudaban a confirmar en ese momento lo putisima que yo soy, mis movimientos de succión de aquella gorda verga desembocaban en el sonido seco de descorche de una botella de champagne, una y otra vez insistia en aquel sonido y el placer que desbordaba la mirada atónita de su poseedor lo valia, yo seguía totalmente aferrada a aquella gigante vergota. Lo acepto, en ese momento no tenía muy bien definido a donde quería llegar, si al escenario en donde Don Cuco me inundaba mi boquita con su corrida, o al otro escenario en donde este macho me pidiera detenerme en el fenomenal trabajo oral que estaba yo propinándole, pues no quería perder la oportunidad de cogerme. Mientras pensaba esto yo le masturbaba suavemente su verga con una mano y con la otra le masajeaba hábilmente sus gigantescos huevotes, para enseguida volver a meterme todo cuanto podía de ese inmenso manjar de carne masculina a mi boca y volver a realizar el hermoso movimiento de sube y baja que tanto placer le da a los hombres. De repente, Don Cuco me tomo bruscamente de los cabellos, me separó de su sexo y me dijo:
DC-- Detente hermosa puta, que haces maravillas con ...