1. En el asiento trasero


    Fecha: 23/01/2019, Categorías: Anal Sexo con Maduras Tabú Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Esa tarde estaba sentada en un banco de una plaza, esperando que se hiciera la hora de cumplir mi cita con un desconocido y regresar después cuanto antes a casa.Ese hombre me había llamado la noche anterior, amenazándome con que, si no accedía a sus deseos, le contaría a mi adorado esposo sobre mis aventuras extramaritales con dos compañeros de trabajo.Yo no sabía cómo ese hombre se había enterado, pero los detalles que me dio eran ciertos y no quise arriesgarme a que Víctor se enterara de ese modo de su condición de cornudo…Lo más extraño era el pedido que se hombre me había hecho; algo totalmente fuera de lugar, realmente insólito.Por fin un auto enorme se detuvo en la vereda frente a mí y un chofer muy bien vestido bajó para abrirme la puerta de atrás. Con mucha inquietud y algo de nerviosismo subí al asiento trasero, encontrando allí sentado a un hombre mayor, de más de setenta años. Cerré la puerta y lo miré.“Trajiste lo que te pedí, putita?” Me espetó de entrada, con malos modales.Temblando, abrí mi cartera y saqué un paquete. Se lo entregué en silencio.El tipo lo abrió y encontró un slip usado de mi esposo Víctor.Lo observó con detenimiento, lo palpó entre sus dedos por un rato y luego se lo llevó a la nariz, olfateándolo bien antes de guardárselo en un bolsillo.“Me gustan los machos… y tu marido me gusta más que otros…” Me dijo.Comenzó a desabrocharse el cinturón y se abrió la bragueta, diciendo:“Pero también me gustan las perras calientes como vos, putita…”Sus ...
    ... humillantes palabras me excitaron de una manera indescriptible y sentí que mi concha se humedecía al instante, mientras ese desconocido me miraba fijamente a los ojos, con una mirada cargada de lascivia.De repente se estiró y me agarró por los cabellos, arrastrando mi cabeza hasta su entrepierna. Me ordeno que sacara su verga de su bragueta…Todavía estaba flácida, pero era bastante larga, cubierta de pelos…“Estoy esperando, puta…” Me dijo suavemente, mientras jalaba de mi pelo.Deslicé con mis dedos la piel del glande y luego comencé a mover mi mano alrededor de esa verga, que enseguida se puso dura. Como ya me imaginaba, era una cosa monstruosa, gruesa, venosa, palpitante…Yo comencé a acariciarme los labios vaginales por encima de mi tanga, sin que ese viejo sucio se diera cuenta. Pero de repente me gritó:“No te di mi permiso para que te pajearas como una perra cualquiera…”Retiré mis dedos de la humedad de mi concha y me dediqué a hacerle una paja a él. Con mis dedos, hasta que de repente me dijo:“Ahora quiero ver cómo funciona esa boca de puta mal cogida…”Entonces abrí mis labios rojos y saqué mi lengua, comenzando a lamer ese tronco largo; escuchando al viejo gemir entrecortadamente de placer. Intenté seguir lamiendo solamente, pero el viejo me tironeó del pelo, exigiéndome que me la tragara entera, hasta el fondo de mi garganta…Comencé entonces una mamada que no se olvidaría en mucho tiempo. El viejo empezó a temblar, jadear agitadamente y sollozar. Tuve miedo de que sufriera un ...
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