En el asiento trasero - Relatos Eróticos

En el asiento trasero

... infarto debido a tanta excitación, pero igual continué comiéndome su verga dura, Yo también me había entusiasmado mal…En un momento sentí que esa verga se hinchaba, como si estuviera a punto de acabar. No quise tragarme la leche de ese viejo; así que intenté quitarme su pija de mi boca. Pero entonces el hombre posó su mano sobre mi cabeza y me obligó a quedarme allí, justo en el momento que su primera tirada de semen golpeaba el fondo de mi garganta…De repente el viejo dio un golpe de su cintura y me metió su verga todavía más adentro de mi boca, causándome un ahogo que me impedía respirar…“Mucho mejor que mi esposa… espero que tu marido me la chupe así…”Me permitió recuperar la respiración un rato y luego dijo que era mi turno…Me hizo arrodillar sobre el asiento, abriendo mis muslos. Luego tomó mi tanga entre sus dedos y me la arrancó de un tirón. Miró los restos desgarrados y los olió, riéndose a carcajadas al notar que la tela estaba manchada de humedad y con olor a hembra caliente…Me dijo que era una verdadera puta y que él sabía cómo domar a una puta.Entonces introdujo un par de sus dedos en mi concha chorreante y procedió a hacerme una tremenda paja. Me debatí, tratando de zafarme, pero me sostuvo por la cintura, mientras sus dedos entraban más adentro todavía. Me acarició el clítoris y volvió a penetrarme bien profundo con sus sucios largos dedos. En un par de minutos acabé lloriqueando y aullando como una perra. El viejo tenía razón: yo era una verdadera puta.Cuando ...

... soltó mi cintura, caí sobre su regazo, totalmente vencida.El viejo se dirigió a su chofer, diciéndole:“Martín, ya puede venir… esta putita está lista para Usted…”El chofer descendió y abrió la puerta trasera, entrando con nosotros. Giré mi cabeza para mirarlo, pero el viejo me sujetó por la nuca, manteniéndome sobre su regazo.Unas manos levantaron mi vestido, dejando mi culo desnudo expuesto.Las mismas manos me abrieron las piernas y enseguida un dolor penetrante me indicó que el chofer me estaba metiendo su verga dura por mi entrada trasera. Mi culo no estaba dilatado ni lubricado; así que grité y aullé de dolor todo el tiempo que ese hombre me estuvo bombeando.Finalmente se descargó jadeando dentro de mi ano, dejándomelo muy abierto y dolorido. Enseguida se salió y regresó a su lugar frente al volante.El viejo soltó mi cintura, haciéndome sentar otra vez a su lado. Me dijo:“Es suficiente por hoy, putita… la próxima vez voy a dejar que veas cómo me culeo a tu marido después de que él me haya chupado la pija…”Le pregunté por qué hacía todo esto y entonces el viejo sonrió con un dejo de cinismo. Me explicó que Víctor le había arruinado un negocio millonario en el pasado y él había estado pensando una buena venganza durante todo ese tiempo.Ahora lo había logrado; me había humillado brutalmente frente a él y su próxima jugada sería humillar también a mi esposo…Pasado un rato el chofer me abrió la puerta y me bajé del auto; para dirigirme al mío, estacionado al otro lado de la ...