1. Tercer encuentro con sumisa


    Fecha: 24/01/2019, Categorías: Gays Autor: pablodf1977, Fuente: CuentoRelatos

    Sucedió un par de días antes de terminar el año, la cité en el mismo sitio de la última vez, fuera de la estación Salto del Agua del Metro, ya que desde unas horas antes, me había avisado que iría con algo atrevido para ir conmigo. Quedamos de vernos a las 2:30 p. m. en ese lugar y cuando iba en camino, me mandó un mensaje diciéndome que ya estaba ahí y que, por favor, no tardara porque estaba entre ansiosa y nerviosa; esto se me hizo una buena señal, ya que quería saber cómo me estaría esperando.
    
    Llegué sobre la hora al lugar y decidí ir por fuera, así que cuando llegué, la vi, iba con una falda corta a cuadros, apenas estaba un par de dedos debajo de sus nalgas y un abrigo que cubría el resto de su cuerpo. Cuando me vio, nos saludamos y empezamos a caminar rumbo al hotel que está a tres calles, ella iba con paso apresurado, nerviosa porque nunca acostumbra a usar ropa así, íbamos hablando de lo incómoda que estuvo mientras me esperaba, ya que, aunque le gusta y disfruta que los hombres la observen, no le agradaba como la miraban las mujeres.
    
    Llegamos pronto al hotel, enseguida pagué la habitación y nos dieron una en el segundo piso, pero al subir el primero, le ordené quitarse el abrigo, cosa que hizo de inmediato, ahí pude observar bien lo que había comprado para agradarme, ya que la falda se la acomodó perfectamente, subiéndosela un poco; de esa forma, le quedaba justo arriba de donde empiezan sus nalgas, además que solo traía un bra a juego con los cuadros de la ...
    ... falda. De esa forma, subimos al siguiente piso y al llegar, le ordené ponerse en cuatro, así fue hasta la habitación, aunque por desgracia, nadie salió en ese momento para verla humillada de esa forma por el pasillo del hotel.
    
    Entramos a la habitación y le ordené quedarse en cuatro, con la frente en el suelo, lo que no hizo como me agrada, así que dejé mis cosas y me le acerqué, agachándome y tomando su cabeza, presionándosela para que la apoyara contra el suelo, diciéndole “así quiero que estés, perra y esta será tu posición siempre, a menos que te ordene lo contrario”, contestándome de inmediato “sí, amo”. Luego, me levanté dejándola así mientras preparaba mis cosas, enseguida me acerqué de nuevo y le ordené hincarse; cuando lo hizo, le coloqué el collar de perra y la puse de nuevo en cuatro, empezando a pasearla como la perra que disfruta ser y como sabrán también, por relatos anteriores, es de lo que también disfruto y siempre hago con ellas.
    
    Después que la hice dar varias vueltas a la habitación, la levanté jalándola del cabello, colocándola de rodillas frente a mí y le di un par de bofetadas mientras me bajaba el cierre del pantalón con la otra mano y al sacarme mi verga, de inmediato se la coloqué en la boca, diciéndole “mámame la verga, perra, que para eso viniste”, al tiempo que dirigía sus movimientos aun jalándola del cabello y ordenándole “mírate en el espejo lo puta que eres, mamando una verga, perra” mientras observaba que no apartaba la vista del espejo, ...
«123»