1. Mi vecinito, el más putito


    Fecha: 27/01/2019, Categorías: Gays Autor: Derekito, Fuente: SexoSinTabues

    ... contesté: - Tú la tienes muy grande para tu edad, lo que pasa es que yo la tengo muy grande pero ya te crecerá, hay un ejercicio para hacerla crecer. ¿quieres que te diga cómo? Cuando dijo que sí, sin perder tiempo, le agarré su hermosa verga que estaba dura y caliente y se la empecé a jalar, le sobaba bajo sus huevitos. De pronto, de un tajo me agarró la verga y me empezó a jalar suavemente, en ese momento nos olvidamos de estúpidos ejercicios y nos comenzamos a besar en la boca. Aquel nene besaba como un profesional, y con una pasión totalmente inesperada para un niño de su edad. Pronto se agachó y empezó a mamarla toda, aaah! qué mamadas se aventaba!, era un experto, con sus manos recorría mis piernas, mi vientre, yo nada más me retorcía de placer. De pronto se paró y se volteó, apoyándose en la pared y me dijo: - Métemela, pero despacito. Aaaaajuaaa!, pero qué vecinito más putito!, así que tomé jabón y me unté en toda mi extensa pollota. Tomé un poco y le empecé a untar en aquel rosado culito, un maravilloso culo. Primero le metí un dedo, después lentamente le metí dos, y sin perder más el tiempo me agarré la verga con las dos manos y se la puse entre sus pálidas y suaves nalgas, así lentamente empezó a entrar entre sus apetitosas nalgitas, hasta que llegó a la entrada de su agujerito. El chiquillo aquel se empinaba más y se hacía hacia mí como suplicando por mi pedazo de felicidad. De pronto empezó a entrar, aaah! eso era el paraíso en la Tierra, me lo estaba cogiendo ...
    ... riquísimo, poco a poco lo estaba penetrando, él emitía unos excitantes gemidos, hasta que ya la tenía toda adentro, se la había almorzado toda, aun así él con una mano se abría más las nalgas y más se la metí, ya sus nalguitas topaban contra mi vientre y huevos, así se la saqué y se la metí una y otra vez, se la sacaba y arremetía de nuevo hasta el fondo, lo raro es que en ningún momento se quejó, así que lo tomé y lo abracé hacia mí, el placer aumentó considerablemente al sentir su cuerpo pegado al mío, así fui incrementando la velocidad. Él me agarraba las nalgas y me pegaba más a él, así en un rayo muscular me retorcí y arrojé tanta leche como pude, y fue el éxtasis del éxtasis, ya que en ese momento él se estaba corrieno también, qué eyaculación!, parecía que no terminaría. De pronto se volteó y nos besamos durante buen rato, hasta que casi sin darnos cuenta ambos ya la teníamos otra vez parada, así que me pidió que si me cogía, a lo que acepté sin quejas, me puse en cuatro patas y abrí las piernas todo lo que podía, él se puso tras de mí y de un sólo golpe me ensartó en el culo aquella hermosa pieza de carne, aunque en un principio me dolió un poquitín, sentí cómo me entraba y salía esa deliciosa verga, el placer era inaudito, él lo hacía muy rápido y eso me encantaba. Así, durante unos minutos de placer, sentí cómo un torrente de semen inundaba mi castigado culo, en cada chorro más me ensartaba, así durante unos minutos quedamos hasta que se paró y se salió del baño. ...