Mi amiga y su novio me usaron en la montaña
Fecha: 28/01/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Margaryt, Fuente: CuentoRelatos
... Llegué y se estaba secando el pelo, desnuda, con su cuerpo moreno y escultural, precioso. Su pelo estaba suelto y le cubría media espalda; me dijo:
—Marga, hazme la trenza, con esmero, que esta noche seré para ti, esta noche no me preguntes nada, haz lo que te apetezca conmigo; si algo no me gusta, mañana te lo diré.
Era noche cerrada y allá en las cumbres el viento comenzó a soplar. Llamé a su puerta y entré. Estaban los dos desnudos en la cama, arropados por una sábana a la altura de los pechos de Laura, viéndosele un pezón duro como un guijarro. El pene, el gran pene de Sergio, estaba haciendo aparición ante nuestros ojos y, bajo la sábana estaba levantando la blanca tela; como un fantasma echando a volar. Me dijo Laura:
—Marga, preciosa; desnúdate y mete aquí ese precioso conejito pelirrojo.
Me quité la minifalda y la blusa; me bajé mis braguitas de encaje color rosa y las dejé en una silla, luego me desprendí del sostén dejando a la vista mis grandes, pecosas y blancas tetas.
Caminé despacio hasta su cama, mientras me miraban los dos con la sola luz de la luna, que entraba por el gran ventanal, adquiriendo mi cuerpo blanco tonos azulados. Mi sexo me lo había recortado a los lados más que otras veces y solo me había dejado un centímetro mi vello pelirrojo en el centro del pubis. Mi sexo se empezó a humedecer al meterme en la cama entre los dos y sentir el calor de sus cuerpos rodeándome. Sergio me besó en la boca, Laura me mordió el lóbulo de la oreja ...
... derecha y yo con una mano agarré el enorme pene de Sergio, que estaba tan duro como el mármol. La mano de Laura se paseó por mis pechos estrujándolos, Sergio quitó la sábana de golpe y la tiró al suelo.
Desde los pies de la cama, Sergio aproximó su boca a mi carnoso sexo, abriendo mis piernas hacia los lados con sus fuertes brazos, tanto que mis labios menores se despegaron el uno del otro, unidos como estaban por mi humedad íntima. Su lengua daba pasadas desde mi ano hasta el escaso vello de mi pubis, en el cual mordisqueó como un perro que le picara. Le dije a Laura:
—Preciosa, Laura, siéntate en mi cara de espaldas, mirando como tu novio me come el coño, por favor —Sergio dijo:
—¿Vosotras lo hacíais juntas ya antes? —Le dije yo:
—Es la primera vez, con ella, lo he hecho con otras, pero hoy quiero que sepa disfrutar de otra mujer —Dijo Sergio:
—Me gusta eso, "que gusto chicas", ¡cómeselo Margarita!, cómeselo bien a mi novia.
Lo hizo al instante, golpeando mi cara con sus grandes y duros cachetes mientras buscaba la postura, descansó su sexo entre mi nariz y mi boca; ¡uuunnn!, su sabor cálido y muy ligeramente salado era una delicia, su humedad era muy fluida y nada peguntosa, sus labios internos se desplegaron contra los labios de mi boca, los cuales los atraparon sin que usara yo los dientes. Mi lengua se paseaba por toda su raja sintiendo como mi saliva arrastraba y alisaba los negros pelos de su gran coño; ella era mi anhelo y mi deseo. Se lo chupeteé hasta ...