1. z) Luna de luto (y final)


    Fecha: 13/08/2017, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... opción.
    
    -Espera voy a dejarle un mensaje a mi amigo para esté tranquilo.
    
    Me cogió en sus brazos y me llevó al baño de su habitación, un lugar lleno de lujos, tenía jacuzzi y un plato de ducha gigantesco con ducha de lluvia en toda la superficie, me metió en este departamento, abrió el agua y seguía teniéndome en sus brazos.
    
    -Si me dejaras, me gustaría cuidar de ti Alonso. -no le dejé continuar y le cerré la boca con mis labios ardiendo, para cuidarme ya estaba yo y Juan Carlos, y hasta él lo hacía sin darse cuenta, ahora, de él, lo que deseaba era placer y gozar de su cuerpo y dárselo al mismo tiempo.
    
    Nos duchamos sin prisas y Jaime me abrazaba, con su verga otra vez dura jugando con ella entre mis piernas, o sobre mi abdomen mientras me elevaba para comerme la boca.
    
    -Voy a mamártela, me apetece hacerlo ahora. -me arrodillé y comencé a lamerle, enseguida le tenía rugiendo y sujetándome la cabeza para que no la sacara de mi boca.
    
    Tardó unos minutos en llenarme la cara de semen, tuve que cerrar los ojos de lo abundante que era, y mientras le chupaba los gordos cojones y masturbaba el mástil de dura carne, después de correrse en mi cara me levantó para comerse toda la leche que me había tirado pasando la lengua por mí cara.
    
    Esa noche Jaime no me dejó que durmiera salvo contados momentos, resultaba un puro semental en el cenit de su desarrollo como macho y además, me tenía muchas ganas.
    
    Ese mes, cuando me ingresó la renta que su padre me había dejado, ...
    ... duplicó el ingreso, tuve que decirle que no era necesario, no quería que me pagara, había tenido que ser semi puto mucho tiempo por necesidad y ahora lo sería por placer y gusto con los hombres que yo quisiera.
    
    Ya tenía un nuevo amante, el hijo del anterior, tan bueno o mejor que Bruno, desde luego más potente. J.C. estuvo conforme cuando hablamos de ello, me confesó que aunque Bruno estaba bien, Jaime estaba mejor, me dio su aprobación pero percibí cierta tristeza en sus ojos.
    
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    Llevábamos ya casi cinco años juntos, y sin grandes problemas para vivir en la misma casa que era de mi amigo y consideraba como mía, como si fuéramos un matrimonio, sobre todo de cara al exterior, y en casa actuábamos a menudo como si lo fuéramos.
    
    Cuando viajábamos para ver a nuestras familias lo hacíamos juntos y no olvidaba a Davy y a los niños, algunos a punto para volver a sus países reclamados por sus gobiernos. Seguro que Davy estaría pasándolo mal, aunque no daba por terminado el programa y pensaba acoger a otros niños.
    
    Óliver había terminado la universidad hacía tiempo y ya estaba trabajando, los mellizos también la había acabado, y ahora que en mi casa no necesitaban mi dinero, era cuando más tenía en mis cuentas corrientes, sinrazones de la vida.
    
    Habíamos salido esa noche a un bar de ambiente, Jaime nos acompañaba, ahora lo hacía en algunas ocasiones y después me llevaba a su casa para follarme hasta dejarme rendido y agotado, y muy, muy satisfecho; no siempre era ...