En un canal del irc (II)
Fecha: 30/01/2019,
Categorías:
Intercambios
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... se la introdujo completamente. Luego empezó el mete y saca agarrado a la cintura de mi mujer. María se metió un dedo en la boca tratando de aplacar los gemidos que salían de su boca a la vez que abría las piernas lo más que podía su anatomía, llegando a un orgasmo. "¿Te gusta así ?- le preguntaba Alberto entre bufido y bufido- ¡¡¡dímelo, perra!!!, o te rompo el chocho". "Sí..., me gusta.., por Dios,... por favor..- respondía María". "¡¡¡Eso es, así me gusta!!!, y esto te va a gustar más- Alberto empezó a sacarla completa y se la volvía a meter sin contemplaciones hasta los huevos, lo que provoco más gemidos de María. "Muévete más, perra, que me quiero correr yo ahora- le dijo al cabo de unos minutos". "¡¡¡No!!!, ¡eso no...no tomo nada!,... ¡¡¡por favor eso no!!!, ..ahhh- decía María mientras intentaba separarlo de su cuerpo". Alberto le agarró las dos manos y con una de las suyas las aprisionó en la espalda mientras que con la otra le apretaba el culo atrayéndola hacia él sin dejar de penetrarla. "Y ¿qué harás para impedirlo perra, eh?..., harás lo que yo te diga, eh". "Sí., sí, lo que tu digas....pero no te corras..., por favor- respondió mi esposa totalmente abotargada". Entonces Alberto le sacó la polla y bajándola del lavamanos le dijo que buscara hielo en la cocina y que lo llevara a el dormitorio.
De ver todo aquello mi polla ya estaba en condiciones nuevamente. Los cuatro totalmente desnudos caminamos hasta llegar al dormitorio. María llevaba la cubitera llena ...
... de hielo que le había pedido Alberto. Una vez en el dormitorio, Elena y yo nos tumbamos en la cama y empezamos a besarnos nuevamente pero yo no quitaba ojo de Alberto. Este se dirigió a un sillón con la cubitera en la mano y lo colocó de espaldas a la cama dejando un buen espacio entre la pared y el sillón a la vez que le indicaba a María que se acercase. La verdad era que nunca había visto a María así de dócil pero supongo que la calentura del momento y la promesa hecha la hacía estar así. Una vez delante, Alberto le pasó un cubito de hielo por encima de las tetas haciendo redondeles en los pezones. Esto produjo una reacción inmediata. Los pezones y las tetas se le hincharon como nunca los había visto. Mi mujer empezó a gemir nuevamente. Cuando se derritieron los cubitos la piel de María estaba completamente mojada y la luz arrancaba destellos luminosos de sus pechos. Él le pidió que encendiera un cigarrillo. Luego la hizo ponerse de espaldas a él y de frente a nosotros y que se tocará las tetas. Era de locura. La imagen de mi mujer con un cigarrillo en la boca y sobándose las tetas como una puta de bar me ponía a mil. Lo que más me sorprendió fue la expresión de Elena al mirar los pechos mojados de mi mujer. No se los quitaba de arriba y al parecer se estaba excitando con la vista. Aproveché y me puse a sus espaldas dejándole mejor campo de visión y de paso aproximarme a su enorme culo.
Mientras, Alberto se acercó a María por atrás y después de inclinarla un poco hacia ...