1. Una Segunda Oportunidad.


    Fecha: 30/01/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: lilith369, Fuente: SexoSinTabues

    ... de cuanto quería serlo hasta que perdí a mi bebe. -Pero que dices. - la cuestiono. - Eres solo una niña y tienes mucho que vivir aun. si aún ni siquiera cumples la mayoría de edad o siquiera terminas el colegio. Magdalena me mira y sonríe, se acerca y me besa, luego se pone de pie y yo no puedo dejar de admirar sus piernas desnuda, son delgadas y largas, tiene unas caderas prominentes y su monte de venus está adornado con una leve mata de bellos, quiero probarla. Ella se pone de rodillas en el suelo nuevamente, y comienza a masturbarme con una de sus manos. El placer que siento es inmenso, ella es suave y delicada. Una ninfa seduciéndome. -Se lo que quiero. - Dice en un susurro. - Sé que quiero esto por ejemplo. - agrega mientras introduce mi verga en su boca, es una sensación húmeda y caliente e inevitablemente mi cabeza de va hacia atrás, disfruto de la sensación de tenerla mamando mi polla. No es experta y por momentos le cuesta tener todo mi miembro en su boca, se ayuda con su manos e intenta encontrar el ritmo, intento guiarla poniendo una de mis manos en mi cabeza, ella me mira y juro que nunca olvidare su rostro mientras mama mi verga, estoy en el cielo, hace mucho que no disfrutaba de una mamada, me dejo hacer y gozo del momento, sin cuestionarme si esto es correcto o no. Soy un hombre y ella es una mujer dispuesta. Cuanto siento que voy a explotar ella deja mi verga y vuelve a subirse entre mis piernas, yo solo puedo admirar lo hermosa que es. -Quiero ser madre y no ...
    ... es solo un capricho, y quiero que tú seas el padre. Dice mientras con su mano sujeta mi verga y la deja quieta, mientras ella lentamente se la va introduciendo en su coño. En mi vida he estado con varias mujeres, pero ninguna de ellas me había provocado las sensaciones que Magdalena me provocaba, la tenía respirando entre cortado, con los ojos cerrados, montada sobre la mitad de mi verga, y no era suficiente quería adentrarme hasta sus entrañas, penetrarla hasta que mis testículos chocaran con su pubis, con mis manos en sus caderas la empujo hasta el tope, sus carnes húmedas me apretaron de tal manera que llegaba a ser doloroso. Ella soltó un gemido mezcla de dolor y placer y se aferró a mi espalda. -Si esto es lo que quieres muévete. - le digo con dificultad, mientras le beso y succiono el cuello marcándola, ella huele a flores a frescas a juventud y placer prohibido. Al comienzo nuestros movimientos son lentos, buscamos el ritmo que nos acomode a los dos, su coño se siente como terciopelo húmedo sobre mi verga, el calor es insoportable, me succiona, esta pietra y bien lubricada, hace años que no disfrutaba del sexo como lo estaba haciendo en este momento Después de unos cuantos segundos, encontramos el ritmo para movernos juntos, Magdalena es apasionada, una pequeña felina hambrienta de sexo, termino de sacarme la camisa y yo como puedo me saco los pantalones y los zapatos, ella aún tenía su blusa puesta. Mis manos van a esa prenda e intentan abrir los botones, pero en mi ...
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