Esclavizado en un campamento de verano - (3)
Fecha: 31/01/2019,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... voz ruda y grave– ¿En qué puedo ayudarte? -Hola –dije tímidamente– me gustaría unas esposas como las del escaparate -Esas son de exposición, solo me quedan esas y no te las vendo, pero tengo un pack manos y pies, las de los pies son un poco más grandes, claro para los tobillos –dijo mientras sacaba de debajo del mostrador una caja pequeña–Además, te salen mejor de precio, solo 30 euros Joder, pensé, me quedaba 50 euros después de la última excursión para el resto de los días. -Me las llevo –le dije firmemente, poniendo el billete en el mostrador -¿Vas a atar a tu novia muchacho? Jejejeje -Si, si jeejeje es su cumpleaños, le daré una sorpresa –la que me habían dado a mí, pensé Me metió la caja en una bolsa blanca y salí con ella reencontrándome con Roberto que esperaba mirando el escaparate. En ese momento comprendí porqué estábamos mirando las secciones de escalada de las tiendas de deporte, miraba las cuerdas y sabía de sobra que no me llegaba el dinero para comprar ese tipo de cuerdas. -Has tardado mucho –me recriminó -Es que no tenían simples, como las del escaparate, así que me ha vendido un pack para manos y pies Miró la caja dentro de la bolsa y le cambió la cara, otra vez esa sonrisa terrible -¡Genial! Por fin haces algo bien, volvamos al albergue Si la ida fue prácticamente en silencio, la vuelta no fue mucho mejor, no dejaba de pensar en las canalladas que podría hacerme ahora Roberto teniéndome esposado, aunque realmente, y por mucho que pensara, ni podía ...
... acerarme. Ahí estaba otra vez, frente a la 213 esperando que mi compañero girase la llave y entrásemos. Aún faltaba un rato para la cena y el rato prometía de todo menos aburrido. Nada más entrar y tras cerrar con llave, abrió el armario y me quitó de un tirón la bolsa con las esposas. No me dijo nada aunque sabía de sobra lo que tenía que hacer, me empecé a desnudar mientras el abría la caja con las esposas y desvelaba todos sus misterios. Me desaté los cordones, le miré como esperando que de nuevo me dijera que no me quitase nada, pero estaba muy ocupado con sus nuevos y caros juguetes. Metí como era costumbre mi camiseta, pantalón y zapatillas en el armario y después de cerrarlo le acerqué la llave gateando. -Déjala en mi mesita Lo esquivé no sin mirar de reojo las esposas, dejé la llave donde me indicó, y me quedé observándole. -¿Qué te parece si las probamos? Ponte de pie y date la vuelta, manos atrás Enseguida me levanté y le di la espalda. Dejó las más grandes encima de su cama y me agarró una muñeca, torpemente me cerró un lado de las esposas. Después me cogió el otro brazo y terminó de atarme. -Siempre he querido hacer esto –me dijo Por alguna extraña razón, al oír las esposas cerrarse y sentirme atado por primera vez mí polla reacción alegremente. Roberto se colocó delante de mí y al verla sonrió. -¡Vaya, también te gusta que te aten! Vaya putilla estas hecha, ¡seguro que te encantaría que esto te lo hiciera alguno de mis amigos, que te vi como los mirabas! No dije ...